La la land. La ciudad de las estrellas
Damien Chazelle
Justin Hurwitz
Linus Sandgren

Fui a ver esta película con las de Caín, arqueando una ceja escépticamente por la acogida que ha tenido en su estreno y en la última entrega de los Globos de Oro, donde ha arrasado. Pero me he encontrado con una de las mejores, más tiernas, dulces y preciosas historias que he visto en la historia del cine. Ojo, que llevo muchas (muchísimas, diría yo...) horas viendo películas, y podría decirse que estoy curado de espanto y que no me sorprende (casi) nada. Bueno, pues ésta me ha sorprendido. Ya, ya sé que pudierais decir que me gusta el almíbar, las historias de amor blandengues, y todo eso. Nada más lejos: soy de los que piensan que lo que no está justificado en la historia, en el guión, sencillamente sobra. Ya sean efectos especiales, vestuarios espectaculares, música atronadora, desnudos sugerentes... si el guión no lo requiere, sobra. Pero aquí es que no sobra nada. Ni una coma del guión, ni una nota de la banda sonora, ni un fotograma de la fotografía. Nada. Es sencillamente perfecta y se va mejorando a sí misma a cada secuencia, cada vez mejores, más emocionantes, más mágicas... maravillosa de principio a fin.
Pongámonos en situación: una de las miles de chicas que llegan a Los Ángeles para triunfar como actriz y que por supuesto, trabaja de camarera (eso sí, en los estudios Warner -suena a la justificación de la madre de Helen Hunt en "Mejor Imposible", que explica que su hija es camarera en Manhattan....-). Un pianista obsesionado con el Jazz, mitómano, y cuyo único objetivo es montar su propio club. Ambos se cruzan, fortuitamente, y su amor, su llama es como un fogón estropeado, que no enciende a la primera; que tampoco enciende a la segunda; pero que a la tercera no solo enciende, sino que provoca una llama que deja a todos deslumbrados, desarrollándose una bellísima historia de amor.
Pero es que Chazelle -del que tanto renegué por "Whiplash", me merezco otra bofetada- no solo se ha permitido el lujo de beber (y digerir) toda la mejor tradición de los musicales (me repito, con referencias al claqué, al Jazz, a Esther Williams... y así hasta el infinito), sino que encima es capaz de articular un relato con una dirección ágil, brillante, dinámica, perfecta, en definitiva. Y del guión, ya es que no hablamos (y que también ha escrito el propio Chazelle): consigue que lo que en otros musicales pueda resultar chirriante, aquí encaje a la perfección. No quiero hacer ningún spoiler, pero utiliza una serie de metáforas visuales y argumentales tan imaginativas y chispeantes que te deja sin habla (¿qué mejor que los míticos atascos para llegar a Los Ángeles para ejemplificar los sueños de todos los que llegan a la ciudad? ¿qué mejor que una chica que se tiene que cambiar los zapatos de tacón al salir de una fiesta, para ponerse a bailar...? -no sigo-).
Dos protagonistas carismáticos, guapos, dulces, tiernos, con carácter, así como una banda sonora y unos números musicales verdaderamente fantásticos (tanto en coreografías como en canciones o música) terminan de cincelar una de las mejores experiencias cinematográficas que he tenido en mi vida. No recuerdo haber tenido tanta emoción a la hora de ver una película desde hace muchos años. Estamos ante una obra mucho más profunda y sólida de lo que pudiera parecer a simple vista ya que "no es un simple musical". No, es una mágica y maravillosa enciclopedia de uno de los géneros que jamás haya definido al séptimo arte, y que como suele suceder, es de los más complicados de hacer: el musical, que además hay que verlo im-pe-ra-ti-va-me-n-te en gran pantalla (cuanto más grande, mejor) y con un buen sonido. Es ya, un clásico imprescindible de la historia del cine. Te llenará el alma. Y pocos premios le han dado, se los merece todos. Absolutamente todos.
La
La Land te hace reencontrarte con el cine en mayúsculas, ese que te provoca mil
emociones, que te hace llorar, reír, soñar... que te llena el alma. Da igual
que no sea perfecta, porque al final lo importante es que te llega. Y te toca.
TRAILER
Muy bueno! Todavía no la he visto pero estoy casi seguro que opinaré lo mismo.
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