- DIRECTOR: Stefan Ruzowitzky
- GUIÓN: Stefan Ruzowitzky (Historia: Adolf Burger)
- MÚSICA: Marius Ruhland
- FOTOGRAFÍA: Benedict Neuenfels
- REPARTO: Karl Markovics, August Diehl, David Striesow, Martin Brambach, August Zirner, Veit Stübner, Andreas Schmidt
Aunque ya han sido dichas las, probablemente, más importantes palabras sobre el holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial, con las voces de Roman Polanski en "El pianista" o Steven Spielberg en "La Lista de Schindler", este film modesto añade algunos elementos interesantes dentro de la situación de los semitas ante la colonización nazi en toda europa; las suposiciones que algunos trabajadores de los campos de concentración eran necesarios para el trabajo y la producción se confirman con esta historia, en la que un grupo de falsificadores y técnicos de imprenta judíos eran obligados a fabricar libras o dólares falsos para desestabilizar las economías capitalistas de Inglaterra y Estados Unidos. El libro de Adolf Burguer recoge una operación real de los nazis que tenía el nombre clave de "Bernhard", en la que prisioneros de muchos campos eran enviados al taller clandestino de falsificación. La estructura dramática de la historia es brillante, enlazando al artista y bohemio Salomon Sorowitz una vez que ha terminado la guerra y vive la opulencia en Montecarlo, con toda su historia personal, desde que vivía en el Berlín de 1936 hasta los nueve años siguientes, cuando consiguió escapar del campo de concentración de Sachsenhausen, donde se situaba el centro de falsificaciones que consiguió emitir más de 130 millones de libras esterlinas. La historia además consigue hacernos reflexionar sobre las condiciones de supervivencia de los barracones 18 y 19 de ese campo de concentración, denominados "la jaula de oro", y donde los judios disponían de comida de sobra, camas blandas con sábanas limpias a diario y música ambiental de cabaret. Una visión alternativa al trato de los campos de trabajo, pero que tenía el eco de lo que sucedía al otro lado de la valla que separaba a estos privilegiados del resto de prisioneros judíos. Desgarrador, como todos los filmes sobre este sórdido tema, la película no es que sea un prodigio, pero consigue enganchar de principio a fin, y ya se ha ganado el Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2008, además de varios premios en festivales internacionales como el de Berlín. Un gran salto cualitativo de este realizador, cuya película (o más bien, saga de películas) "Anatomía" era más bien mediocre. Pero lo más interesante de "Los Falsificadores", es el dilema existencial que plantea a los protagonistas: ¿cuál es el precio para sobrevivir, si uno sabe que lo que le hará salir adelante podrá enriquecer a su propio verdugo?
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