> Canal de Cine Federico Casado Reina: ¿Cine Social en Hollywood?

¿Cine Social en Hollywood?

The Visitor

La inmigración es uno de los grandes problemas de Norteamérica, está claro. Y si encima, hablamos de inmigración de países árabes en estos momentos y tras los atentados del 11-S, la cosa se pone mucho más peliaguda. Hemos visto innumerables películas de inmigrantes en los Estados Unidos, pero siempre desde el punto de vista de los propios inmigrantes; generalmente estas peliculas importaban poco (o más bien, nada) al público estadounidense, que prefiere consumir su propio cine de entretenimiento. Por eso, cuando el realismo social venía y era admirado, tenía que hacerlo desde otro países, nunca desde dentro del territorio de las barras y estrellas. Por eso me ha extrañado tanto este film honesto, directo, austero y efectivo... pero que a cualquier persona que no sea norteamericano deja un poco frio. No por la temática, que es una historia de amistad, reencuentros y búsqueda de la felicidad, sino porque eso mismo ya lo hemos visto en infinidad de veces en otras películas. Probablemente, los norteamericanos no, porque creo que es una de las pocas veces en que consiguen hacer una revisión a la inmgración desde el propio punto de vista propio, el de un circunspecto y aburrido profesor de economía viudo, cuya única vía de escape es aprender (muy mal, por cierto) a tocar el piano. El pretexto argumental para enfrentar este carácter puramente anglosajón, seco, inexpresivo -y repito, aburrido- a la efervescencia de dos jóvenes musulmanes, es la llegada del profesor a su piso de Nueva York, y se lo encuentra habitado por dos chavales, que le han "alquilado" la vivienda a un conocido. Vamos, ocupas en toda regla. Para los norteamericanos, esto es algo aberrante, ya que la propiedad privada es uno de los bienes más preciados y salvaguardados por sus propias leyes (hasta el punto de, literalmente, poder matar legalmente a alguien que entre en tu casa sin tu permiso...). Pero desde el punto de vista de cualquier espectador no norteamericano, la historia resulta ya vista, simplona y aunque enternecedora por su directa forma de contarse, algo trillada. Jenkins, un versátil y excelente actor secundario que está empezando a ver recompensado su trabajo con trabajos tal lucidos como "Quemar después de leer" o de este film, por el que ha estado nominado al Oscar, resulta excelente en su registro contenido y abúlico. Pero esta anécdota, este film minimalista y acompasado, se queda algo vacío, cuando engarza otras historias -como la de la madre del chico protagonista- y se diluyen en un planteamiento que se agota al poco tiempo de establecerse en el film -esto es, el enfrentamiento entre la racionalidad y el orden de los norteamericanos de toda la vida, con la espontaneidad, las ganas de vivir y la ilusión de los recién llegados al país de las oportunidades (ja!)-. Cuesta trabajo creerse que Hollywood a estas alturas, haga cine social. O están muy mal las cosas (que lo están), o ahora se les ha despertado la conciencia (que a buenas horas...).

TRAILER

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que es una de las peliculas más sensibles y bonitas que he visto jamás. Parece que en vez de un corazón tienes un trozo de mármol. ¿como se puede ser tan insensible?