- DIRECTOR: Jorge Blanco, Javier Abad, Marcos Martínez
- GUIÓN: Joe Stillman
- MÚSICA: James Seymour Brett
- MONTAJE: Alex Rodríguez
- REPARTO: (en sus voces originales), Dwayne "The Rock" Johnson, Jessica Biel, Justin Long, Gary Oldman, Sean William Scott, John Cleese
Desde que el gran imperio del cine se implantó en todas nuestras retinas, muchos han sido los intentos de replicar dicho éxito, desde los realizados por Sergio Leone en los años 60, falseando nombres y “americanizándolos” para así poder entrar en el mercado USA (y por ende, en el mercado mundial) hasta la fusión de productores norteamericanos que vieron su gran filón produciendo cine fuera de las fronteras estadounidenses para abaratar los costes, como Samuel Bronston en Madrid, por poner un ejemplo. Pero el paso que ha dado Illion Studios, Pyro (una empresa de videojuegos, que también es filial de Ilion) y Antena 3, ha sido monumental; un envite en toda regla, propiciado por la débil situación de los grandes estudios de Hollywood, y que, aprovechando el talento español y la financiación europea, ha logrado penetrar en el mercado yanqui utilizando todas su armas: tanto la distribución (es Tristar - Sony Pictures quien se ocupa de ella) como las armas del Star-System (en el doblaje vemos a Dwayne “The Rock” Johnson, Jessica Biel y Gary Oldman, entre otras figuras de Hollywood), además de un espectacular merchandising en el que se incluyen juguetes (para la campaña de Navidad, ya que el estreno ha sido simultáneo en todo el mundo…), videojuegos, acuerdos con cadenas de comida rápida, etc. El resultado de esta bizarra combinación ha sido un producto realmente digno, conseguido, al nivel de cualquier producción de Pixar pero eso de que sea español, español… vamos a dejarlo. En realidad, es una coproducción entre España, Inglaterra y Estados Unidos. Comenzando porque el guionista de este film es el norteamericano Joe Stillman, que tan bien planteara el universo del ogro “Shrek” en la primera y segunda parte de la franquicia (y cociéndose ya en el horno la tercera y al parecer última entrega donde repetirán por supuesto el burro, el gato con botas, Fiona y todos sus personajes…). Aunque los directores del film han sido los españoles Jorge Blanco, Javier Abad y Marcos Martínez, no podemos identificar la labor de un director de cine convencional de ficción, con un director de una película de animación, ya que sin ánimo de menoscabar su trabajo, en la animación el mayor peso específico está en los dibujantes de personajes, y en los propios animadores que diseñan el movimiento y evolución de dichos personajes. Con todos estos antecedentes, si, es todo un logro para el cine español, y esta es la única forma de conquistar Hollywood: mezclándose con ellos. O como dijera un clásico personaje de película “si no puedes combatirlos, únete a ellos”. Esta fórmula ha arrojado un film inteligente, que se permite homenajear no solo a la práctica totalidad de los grandes títulos de ciencia-ficción (desde “Alien, el 8º Pasajero” o “Regreso al futuro” a “Terminator” pasando por la saga “Star Wars”, “2001” y así un largo etcétera, sino además a buena parte de los clásicos del cine en mayúscula (memorable es la referencia a “Cantando Bajo la lluvia” o la mismísima “Wall-E”, con un personaje que es el primo hermano del simpático robot): el astronauta norteamericano capitán Charles T. Baker llega con una misión tripulada a un planeta alienígena, pero cuál no es su sorpresa cuando descubre que no solo está habitado, sino que existe una civilización que parece haber sido sacada, punto por punto, de los años cincuenta en la tierra, incluida paranoia contra los alienígenas. En este ambiente, el terrícola solo será ayudado por el tímido Lem, un tímido adolescente que intenta seducir a su bella vecinita. El brillante guión de Stillman es el mayor activo del film, que sabe utilizar los elementos cómicos y del mejor cine de aventuras para que la acción no flojee en ningún momento. Es una cinta que en nada tiene que envidiar a ninguna producción reciente Disney/Pixar o Dreamworks, y que cumple el ineludible requisito de gustar a los más pequeños y a los adultos. La película más cara del cine español, con 51 millones de euros es todo un gran paso para el cine español, a pesar de las (grandes) concesiones a Hollywood.
TRAILER
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