- DIRECTOR: John Wells
- GUIÓN: John Wells
- MÚSICA: Aaron Zigman
- FOTOGRAFÍA: Roger Deakins
- REPARTO: Ben Affleck, Kevin Costner, Maria Bello, Tommy Lee Jones, Chris Cooper, Craig T. Nelson, Rosemarie DeWitt
Hace unos años Jason Reitman ponía el dedo en la llaga con "Up in the air", un film donde se examinaba el sistema empresarial norteamericano y la salvaje tendencia neoliberal de rentabilizar una compañía al precio que sea -evidentemente, lo más fácil es despedir a cientos o miles de empleados cuando la competitividad o las acciones bajen lo más mínimo-. El problema de aquel film era su tibieza e incluso frialdad a la hora de asomarse a las palabras posiblemente más temidas en el capitalismo: crisis y despido. Wells, de gran experiencia televisiva, ahora ha apostado por un film de igual tendencia, pero de mejor resultado, básicamente por unas prodigiosas interpretaciones de Costner, Lee Jones, Cooper y de un sorprendentemente creíble Ben Affleck, que cada vez me está convenciendo más -tanto por sus dos películas como director, "Adiós pequeña, adiós" y sobre todo "The town", como por esta interpretación, realmente conmovedora y bien ajustada-. Una gran multinacional dedicada a la fabricación de barcos, decide ser más competitiva en el mercado mundial y en ese momento el departamento de recursos humanos (la gran bestia negra de la sociedad neocapitalista, una espada de Damocles que amarga la vida a millones de empleados por todo el mundo...) decide hacer una regulación de plantilla y quitarse de en medio a miles de personas, entre los que está el jefe de ventas, un próspero ejecutivo de 37 años que ve cómo su cómoda vida se desmorona de un plumazo: ya no hay golf, ni su preciosa casa, ni vacaciones de esquí, ni por supuesto su precioso porsche; todo a hacer puñetas y a empezar a buscar trabajo, primero en puestos homólogos al que tenía, luego bajando el listón.... hasta acabar de peón albañil en la empresa de su cuñado. La bajada a los infiernos que todo norteamericano debe temer, enfrentada al "sueño americano", que cada vez es más difícil mantener. Wells, que además de dirigir, ha escrito el guión, comete un error de fondo, más que de forma, dedicándose únicamente a ver las consecuencias del despido a vuelapluma, sin profundizar demasiado en la psicología y las motivaciones de los personajes (desde el superejecutivo socio fundador de la empresa, al ejecutivo de ventas y pasando además por el ejecutivo medio que está a cinco años de su jubilación...), que le podrían haber dado a este film mucho mayor empaque, ya que en muchos casos se queda en un producto más televisivo que otra cosa. Esta gran oportunidad que ha trazado Wells se ha malogrado por quedar demasiado superficial, sin llegar a tocar los verdaderos motivos de la crisis, y el planteamiento mismo de una sociedad de consumo donde el triunfo es prácticamente imprescindible para ser feliz. Por eso resulta algo chocante para cualquier espectador no-norteamericano que los personajes se sorprendan al descubrir que la felicidad no está en su cuenta de resultados, sus vacaciones en las Bahamas o su fantástica amante rubia, sino en la familia, los hijos o el amor de tu pareja. Esta podría haber sido la gran película de la crisis, pero se ha quedado en una sesgada y algo pobretona mirada a una élite de ejecutivos que ve perder sus privilegios que les mantenían en su preciosa burbujita, y les hace pisar en el mundo real, donde la gente, la inmensa mayoría de la gente no llega a fin de mes y paga como puede sus letras, hipotecas y préstamos...sea en Estados Unidos o en cualquier otro lugar del planeta.
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