> Canal de Cine Federico Casado Reina: Se veía venir...

Se veía venir...

Battleship

Vale, nadie se esperaba gran cosa de esta película. Ya sabíamos que la juguetera Hasbro lo único que quería era promocionar su juego "Battleship" (en España, "Salvar la flota", o sea una adaptación en juguete del clásico juego de los barquitos de toda la vida...) con una película de gran presupuesto que en realidad no es más que un obsceno y megalítico anuncio plagado de estrellas (el nuevo chavalito de moda, Taylor Kitsch, Liam Neeson, Rihanna...) y absolutamente vacío de contenido. Vale. Pero...¿y para eso tiene que durar más de dos horas? Lo que me parece para alucinar es cómo los guionistas Erich y Jon Hoeber han podido armar una historia tan pobre, y que el estudio (nada más y nada menos que Universal...) de el visto bueno.

El antaño prometedor actor Peter Berg, que se recicló en director con una prometedora "Very Bad Things", allá por 1998, ahora se ha dejado de zarandajas y tras haber dirigido la mediocre "Hancock" -con una buena idea, eso sí- ahora se ha dicho a sí mismo que "de perdidos, al río", y siempre que tenga uno detrás a un gran estudio, que pida una determinada cosa, pues nada, a dárselo y salga el sol por Antequera. Da un poco de pena como una maquinaria industrial como la de Hollywood no tiene compasión ni consideración por las iniciativas y la creatividad individual, obligando a aplicar fórmulas magistrales que supuestamente funcionan para crear un producto absolutamente insustancial y únicamente orientado a un público al que consideran descerebrados (¿lo es?) y que solo quiere ir al centro comercial de moda, coger su paquete (mejor dicho, paquetón) de palomitas, su vaso (mejor dicho, casi litro) de refresco y venga a soltar exclamaciones y carcajadas viendo burradas cada vez más gordas en la pantalla.

Porque al final, esta película solo trata de eso. A ver quién la hace más gorda. Si a ello lo rebozas con un toque patriotero burdo, ya tenemos el pastel listo para servir. El resto da igual, tampoco importa demasiado. Si cogemos dos infamias como "Armageddon" y "Transformers", nos sale este engendro indefinido que, sin pies ni cabeza, solo quiere apabullar con efectos especiales caros e impresionantes, con una grandilocuencia artificiosa e inútil, y con un guión realmente apestoso, de los que no hay por donde cogerlos.

Que sí, que se veía venir. Que olía de lejos, ya, ya. Pero aún así, uno espera que exista un resquicio mínimo de calidad, de inteligencia en productos como este. Más que nada por aquello de pensar que si ya han hecho anteriormente blockbusters con cierta calidad, pues por qué no iban a hacer otro que mereciera la pena. Pues nada, la han cagado a base de bien. Me cuesta trabajo comprender cómo actores de la talla de Liam Neeson (que nos ha regalado interpretaciones tan soberbias como las de "La Lista de Schindler") se pueden meter en este tipo de películas (por dinero, claro...). Y desde luego, el Taylor Kitsch parece que va de Guatemala a Guatepeor, porque si "John Carter" dejaba bastante que desear, esta que nos ocupa es ya de vuelta al ruedo y pañuelos blancos. Y otra que mejor baila, Rihanna... con tu fama, con tu éxito, hija mía ¿no podías haber elegido otra película para empezar en el mundo del cine? Me temo que esto va a ser debut, homenaje y despedida.

Pues eso, que no esperes nada más que algo muy caro, supuestamente espectacular -que te aburre a partir de la primera explosión, es como si a Michael Bay -el infame- lo hubieran hartado de esteroides y café expreso, y lo hubieran puesto a dirigir: venga militares uniformados, arengas al ejército y a lo heroicos que son y a luchar contra unos cuantos extraterrestres invasores que con una tecnología superior, quieren conquistar la tierra (como ves, muy original todo...). Ahora en serio, no merece la pena en absoluto. Resulta muy aburrida y no la salva ni la fugaz presencia de la bombástica modelo Brooklyn Decker.

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