> Canal de Cine Federico Casado Reina: Carpenter, siempre Carpenter...

Carpenter, siempre Carpenter...

MS1: Máxima Seguridad
DIRECTORJames Mather, Stephen St. Leger
GUIÓNJames Mather, Stephen St. Leger, Luc Besson
MÚSICAAlexandre Azaria
FOTOGRAFÍAJames Mather
REPARTOGuy Pearce, Maggie Grace, Peter Stormare, Tom Hollander, Joseph Gilgun

Resulta curioso como el tiempo cambia las cosas. John Carpenter era un cutre. Muchos se cachondeaban de sus películas (¡¡¿¿cómo no hacerlo, con marcianadas como "Dark Star", "Golpe en la Pequeña China"??!!) pero ahora se han convertido casi en un referente. Sobre todo un verdadero clásico: "1997, Rescate en Nueva York". En aquel film de serie "B" con vocación de gran blockbuster de acción -que consiguió ser- un ex militar quemado del poder establecido tiene que meterse dentro de Nueva York para rescatar al Presidente de los Estados Unidos, en plena crisis diplomática con Rusia y a punto de comenzar la Tercera Guerra Mundial. Pero lo más importante es que en esa época -el pasado 1997-, la isla de Manhattan se había convertido en una prisión de máxima seguridad donde no había reglas, en la que se encerraban a los criminales más peligrosos... para no salir jamás.

Después de una saga bastante poco honrosa "2013, rescate en Los Angeles", ahora Carpenter es semi-homenajeado por esta producción francesa de la mano de Luc Besson, el más yanqui de los cineastas europeos: un militar es enviado a rescatar a la hija del Presidente de los Estados Unidos de una prisión modélica en la que los presos son confinados en tanques individuales de aislamiento, de los que se escapan y comienzan un motín con la chica como rehén. Es como si John Rambo o John McClaine se metiera en la nave de "Alien" -ahora que tenemos cerca "Prometheus", donde por cierto también aparece Guy Pearce...- para enfrentarse a todos en su contra, como sucedía en "Atmósfera Cero". Bueno, pues este verdadero frankenstein de géneros y claves parece estar orientado y ubicado para reventar la taquilla... cosa que por cierto ha hecho.

Probablemente uno de los activos del film es su superestrella, un Guy Pearce elevado a la máxima expresión del "action hero" a modo de Hollywood, con tatuajes, abrupta musculatura, modales de policía con úlcera de estómago, cigarritos y mechero zippo de gasolina (¡¡en el futuro!! ¿no se iba a acabar el petróleo? ¿cuánto costará entonces rellenar un mechero de gasolina?, cosas de las licencias cinematográficas...). El resto del plantel salva los muebles sin tirar cohetes, aunque la guapa Maggie Grace ("Perdidos") siga siendo más sosa que una mata de acelgas y Peter Stormare esté algo pasado de vueltas (¿es que este hombre no ha aprendido nada de Steven Spielberg -"Minority Report"- o de los hermanos Coen -"Fargo"-?).

Pero ¿es una buena película? Pues mire vd., no lo es. Y no lo es porque plagia, a lo bruto, sin pensar, sin pararse a añadir nada original, ni nada interesante. ¿Esto es lo que ha funcionado? Pues hala, a ponerlo igualito. Y así les funciona el invento, para qué negarlo. Es decir, que la vocación clara de este film es entretener, pasar el rato y comer palomitas mientras te tomas un refresco... pero no le pidas nada más. Aún así, hay momentos demasiado cogidos con alfileres, y los arquetipos de los personajes chirrían bastante, por muchos efectos visuales, naves espaciales, secuencias de acción, tiros y persecuciones que veamos. Este disparo, ajustado con precisión milimétrica por un director/productor que parece haber encontrado la clave de hacer blockbuster americanos en Europa, ha funcionado, la verdad. Ha arrasado la taquilla de casi todo el viejo continente y en Francia, ya no digamos.

De manera que tenemos un producto absolutamente lícito con el que conquistar la taquilla, sin vocación alguna más que para echar la tarde en el cine. Pero está hecho demasiado torpemente, se nota demasiado que no es más que una mala réplica -hinchada con presupuesto y efectos especiales- de los clásicos títulos míticos de serie "b" de los ochenta del siglo XX que nos han encantado, y donde John Carpenter era amo y señor. Su modo de recuperar el cine clásico de aventuras, su manera de aprovechar el presupuesto al mismísimo estilo de Roger Corman y su habilidad por maquillar sus defectos con ideas geniales lo han convertido ya en un referente indiscutible, a pesar de que su tardía filmografía es mejor olvidarla. A pesar de sus limitaciones, siempre es una alegría que desde Europa se puedan hacer películas como ésta, con claras ínfulas internacionales para conquistar todas las taquillas. Pero es una pena que no lleguemos a la excelencia que en Hollywood tienen para hacer estos productos, que cuando los hacen bien, no hay quienes les superen.

TRAILER

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