Blancanieves y la leyenda del cazador
DIRECTOR | Rupert Sanders |
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GUIÓN | Evan Daugherty, Hossein Amini (Cuento: Hermanos Grimm) |
MÚSICA | James Newton Howard |
FOTOGRAFÍA | Greig Fraser |
REPARTO | Kristen Stewart, Charlize Theron, Chris Hemsworth, Sam Claflin, Ray Winstone, Ian McShane, Eddie Izzard, Bob Hoskins, Toby Jones, Eddie Marsan, Stephen Graham, Nick Frost, Joey Ansah |
Resulta inevitable la referencia de Disney a la hora de pensar en el famosísimo cuento de los hermanos Grimm. Confieso que la malvada reina/bruja de esta edulcorada versión animada siempre fue uno de mis grandes mitos sexuales... y por ello me froté las manos cuando me enteré que otro de mis mitos sexuales adultos, Charlize Theron, iba a encarnar ese papel en esta nueva versión más adulta.
Está claro que este es un producto manufacturado y preparado para disparar al público en plan francotirador, y que tiene todos los ingredientes justos para pegar el pelotazo: la chica mona -Kristen Stewart, la protagonista de la saga "Crepúsculo"-, el chico mono -Chris Hemsworth, nada más y nada menos que el mismísimo "Thor", recién fichado por los "Vengadores"-, la mala de la película -la ganadora de un Oscar (que a veces se olvida, por lo guapísima que es) Charlize, ay, Charlize Theron, en todo su esplendor-, batallas medievales, un tono épico que recuerda a "El Señor de los Anillos", pero con más chicha, enanos, trolls y todo un universo de fantasía guerrera. Pero es que encima se lo han currado, y han contratado a un efectivo e ingenioso grupo de guionistas -entre los que está el iraní Hossein Amini, responsable del fastuoso guión de "Drive"- para que un galardonadísimo director de publicidad haga su entrada triunfal en la dirección de largometrajes. Y así ha sido, porque el film es entretenido, está ejemplarmente dirigido y argumentalmente funciona.
Con las directrices del famoso mito de los hermanos Grimm, la película cuenta la ascensión al trono de Ravenna, una bellísima desconocida que llega al reinado cuando el monarca queda viudo con su hijita, haciéndose con todo el poder. Además de cargarse al rey, encarcela de por vida a su hija Blancanieves, condenándola a un remoto torreón. Sus ardides de bruja, hacen que la ahora reina Ravenna se mantenga joven con multitud de artificios (cada uno de ellos más alucinante que el anterior), pero hay algo que ensombrece su felicidad: su espejo mágico le dice que llegará un día en que Blancanieves se convierta en la más bella del lugar y que para evitarlo tiene que matarla. Pero la aguerrida y luchadora princesa consigue escapar de su prisión, y se adentra en un macabro y misterioso bosque, por lo que la reina contratará a un cazador para que la encuentre...
Las batallas están francamente bien filmadas, y recogen el testigo de todo el universo de "Juego de Tronos" e incluso de los míticos enfrentamientos planteados por John Boorman en "Excalibur" o la visión de George Lucas en "Willos", teniendo además el punto justo de grandeza y realidad. ¿Sangre? Claro, hay bastante sangre, vísceras e incluso terror. De hecho, el que quiera ir a ver una película neutra, se ha equivocado. Porque Blancanieves no es una ingenua muchachita que se sonroja cuando tiene una preocupación, sino que se arremanga, toma las riendas del problema y le da dos guantazos al más pintado. Los enanos, no son unos seres entrañables y bondadosos, sino que eructan, se tiran pedos y son unos chorizos, aunque tengan buen corazón. Y nuestro héroe, no puede ser más antihéroe, ya que es un jugador empedernido, borracho y desastre donde los haya. Quizás el único personaje que mantenga el tono de la historia original sea precisamente la reina, pero llevado a una abyección tal que si Disney lo hubiera hecho igual, seguramente los niños habrían tenido décadas de pesadillas.
Pero con todo esto, no dejo de recordar la trilogía (porque en realidad, a pesar de todos los montajes del director, escenas inéditas, metraje nuevo y chorradas varias, ES UNA TRILOGÍA, o sea TRES películas...) de "El Señor de los Anillos", ya que esta película consigue en 127 minutos un viaje el doble de intenso y emocionante que las fofas y aburridísimas adaptaciones de Tolkien. Es más, estoy seguro que Tolkien disfrutaría mucho más con este film que con las patochadas de Jackson, por muchos efectos visuales que les haya puesto -y que no han servido, al final, para nada-. Aquí también hay efectos visuales -alucinantes- pero no son el justificante para que uno se emocione: no por ver 50 millones de trolls una película es mejor que otra. Una historia funciona porque pasan cosas, y se les cuenta bien al espectador. Pero recrearse en la descripción de un universo, y regodearse por lo bien que se ha llevado a la pantalla no es suficiente. Con esta cinta de modesta vocación artística y clara -¡y legítima!- vocación comercial ha quedado lo suficientemente claro: este es el camino. Miedo me da pensar en "El hobbit" y la sobredosis de parafernalia vacía que nos va a pegar Peter Jackson otra vez, vendida en mil y un capítulos, reediciones, tomas falsas, secuencias inéditas y chorradas varias.
TRAILER
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