Chronicle
DIRECTOR | Josh Trank |
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GUIÓN | Max Landis |
MÚSICA | Varios |
FOTOGRAFÍA | Matthew Jensen |
REPARTO | Dane DeHaan, Alex Russell, Michael B. Jordan, Michael Kelly, Ashley Hinshaw, Anna Wood, Joe Vaz, Luke Tyler, Matthew Dylan Roberts |
Está claro que una de las actuales fuentes argumentales de las grandes producciones de Hollywood son los superhéroes de cómics. La inercia de estas historias incluso ha llegado a la televisión con series como "Heroes", "Inadaptados" ("Misfits") e incluso en el panorama nacional "Los protegidos". Incluso podríamos extrapolar esta tendencia a otros géneros porque no nos engañemos: ¿acaso el lánguido Edward Cullen siendo vampiro no tiene súper poderes? ¿o el musculoso Jacob Black como hombre lobo no los tiene? ¿Se habría enamorado Bella, la protagonista de la saga "Crepúsculo" de estos dos ejemplares de no haber tenido estas características especiales? Pues eso, que más allá de la Marvel -Xmen, Spiderman, Vengadores, etc.- y de la DC -Supermán, Batman...- hay más súper poderes.
Al igual que el género del terror evolucionó para entroncar con la narrativa "doméstica", utilizando técnicas de falso documental con títulos como "The Blair Witch Project", "Monstruoso" y más recientemente "Paranormal activity", el género de los superhéroes también lo ha hecho con este título, mezclándolo además con gran habilidad con el cine adolescente. La ecuación es bastante simple: tres amigos de un instituto son los casuales testigos de la caída de un meteorito. Lo que no saben es que ese meteorito les va a dar una serie de habilidades que van más allá de las leyes de la física.
Llegado de una exitosa serie de televisión, el director realiza un honroso desembarco en la gran pantalla con una historia pretendidamente simple, pero que termina buceando en las motivaciones internas más oscuras de los personajes, planteando la diatriba que es piedra de toque final de este género: ¿Qué haríamos si tuviéramos súper poderes? Más allá del altruismo, más allá de la bondad... ¿cuánto tiempo tardaríamos en atracar un banco, una joyería, o cuánto aguantaríamos de aquel indeseable al que le tenemos ganas? Esta "humanización" de los superhéroes, comenzada por la Marvel hace ya varias décadas, también impregnó a la DC, y ha terminado instaurándose detrás de los colores chillones, los uniformes con logotipos llamativos y los grandes actos humanitarios. Venga, no nos engañemos: si fueras por ejemplo, invisible... ¿no entrarías a curiosear en más de un sitio supuestamente prohibido? si fueras invulnerable... ¿no te enfrentarías a más de un chorizo que viniera a robarte?
El film está planteado como un falso documental, rodado con videocámaras domésticas y al hombro, aunque también se utilizan cámaras de vigilancia, y otras fuentes de imágenes que terminan de darle un toque "real" a ese tono realista. Un ejercicio de estilo que funciona, al igual que los personajes y su propia evolución moral. Quizás el segundo acto tiene varias lagunas narrativas que podrían haberse superado de alguna otra manera, pero en el cómputo general, es un film brillante, que sabe sacar partido de esa estética y juega a varios niveles para meternos en la historia desde el primer momento, en un torbellino de emociones que casi no cesa hasta el desenlace final.
Como dijera Magneto a Pyros en la espantosa tercera parte cinematográfica de los "Xmen", "eres un Dios caminando entre mortales, que nadie te diga lo que tienes que hacer", o como dijera el tío Ben a Peter Parker en "Spiderman", "el gran poder conlleva una gran responsabilidad". Pues imaginaos estos dos planteamientos en la vida de unos adolescentes algo descerebrados que han sufrido en sus propias carnes no ser precisamente los más populares del instituto. A partir de ahí, puede pasar (y pasa) casi de todo. Quizás exista una doble lectura algo reaccionaria e impregnada de una moralina algo maniquea a lo largo de toda la película, pero bueno, es algo completamente previsible dentro de una producción norteamericana de (gran) estreno para el (gran) público. Probablemente si el meteorito hubiese caído en Francia, Italia o Suecia, los superhéroes habrían hecho cosas algo distintas... y seguramente sin rasgarse las vestiduras. Y si llega a caer en España... no me lo quiero ni imaginar.
TRAILER
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