Un falso documental falso

Project X

DIRECTOR	Nima Nourizadeh
GUIÓN	Matt Drake, Michael Bacall
MÚSICA	Varios
FOTOGRAFÍA	Ken Seng
REPARTO	Thomas Mann, Oliver Cooper, Jonathan Daniel Brown, Kirby Bliss Blanton, Dax Flame, Miles Teller, Nichole O'Connor, Alexis Knapp, Jillian Reynolds, Martin Klebba, Rick Shapiro, Caitlin Dulany, Peter MacKenzie

Ahora se han puesto de moda los falsos documentales para contar historias. Desde que "The Blair Witch Project" sentara algunas de las bases, luego se ha extendido este tipo de narrativa hasta que J. J. Abrams parece que medio sentó cátedra con "Monstruoso"; de esa forma hemos visto ya invasiones alienígenas, adolescentes con súper poderes y casi cualquier temática contada a ritmo de cámara al hombro, tembleque de objetivo, desenfoque y sonido directo. Todas esas claves son las que nos dan a entender que lo que vemos un "falso documental", contado como si en realidad estuviera sucediendo -o hubiera sucedido-.

Las fiestas de escuela secundaria en Estados Unidos son casi tan tradicionales como la fiesta de Halloween y por supuesto, cuanto más desmadre se provoque, más populares serán los que la organizan. De hecho, muchos estudiantes no demasiado aceptados por sus compañeros realizan este tipo de fiestas para así granjearse la amistad de las chicas más guapas y los más vacilones del barrio. Bueno, pues esto es una especie de mezcla entre "Jackass", "Desmadre a la americana" y todo el batiburrillo de películas de adolescentes en las que cuanto más hagas el bestia, más divertido es todo: tres compañeros de instituto aprovechan el cumpleaños de uno de ellos para hacer una fiesta en su casa, ya que además los padres no están. Utilizando todos los medios (incluidas redes sociales, sms, etc.) organizan un evento que se les va de las manos, tanto con los vecinos -aunque algunos terminan uniéndose a la fiesta...- como con los propios invitados, agregándose miles de personas que ni las conocen...

El problema de este film es que está demasiado "bien hecho": o sea, si lo que queremos es "creernos" que tres adolescentes graban en video sus andanzas... ¿cómo es que tienen esos encuadres estupendos, la cámara sin vibrar -o sea, montada en un trípode- el sonido es perfecto e incluso se los ve a los tres en algunos planos? ¿quién graba entonces? De acuerdo, si lo que buscamos es el delirio, en algunos momentos del film terminas por reírte cuando las cosas se salen tanto de madre que meten a un enano en un horno, o cuelgan de unos cuantos globos a un perrito, habiéndole dado antes varias cervezas (en efecto, suena demasiado a la serie/películas de Jackass). Pero el problema es que todo está perfectamente estructurado, pensado ideado, calculado y encajonado. Y se nota, se nota bastante. Eso le resta totalmente la frescura y hace que nos salgamos de la historia, convirtiéndola en absolutamente increíble: lo gracioso de estas situaciones es que pudiéramos pensar -aunque fuera por un momento...- que en efecto sucedieron, acarreando unas consecuencias imprevisibles para los protagonistas. Pero si sabemos a ciencia cierta -tanto por el tono como por la narración, el formato, etc.- que lo que vemos es una simple película... la historia no funciona. No te la crees para nada.

Todas las demás consideraciones de este Proyecto x resultan irrelevantes: una vez te alejas de la clave desmadrada y de documental falso... no es más que otra peliculita de desmadres adolescentes, y de las malas.

TRAILER