> Canal de Cine Federico Casado Reina: Romper el ADN

Romper el ADN

The Amazing Spiderman
DIRECTORMarc Webb
GUIÓNSteve Kloves, James Vanderbilt, Alvin Sargent (Personajes: Stan Lee, Steve Ditko)
MÚSICAJames Horner
FOTOGRAFÍAJohn Schwartzman
REPARTOAndrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Sally Field, Martin Sheen, Denis Leary, Campbell Scott, Embeth Davidtz, Irrfan Khan, C. Thomas Howell

No me estoy refiriendo al de Peter Parker, al ser picado por una araña radiactiva. Ni siquiera me estoy refiriendo al del Dr. Connor al convertirse en el Lagarto. Me estoy refiriendo al adn del personaje de cómic, creado hace ya muchos años por Ditko y Lee: su lucha interna, su enfrentamiento con la policía, con la prensa, con los compañeros del instituto... hala, todo a hacer puñetas. Porque no nos engañemos: estamos ante una megalítica maniobra publicitaria de Marvel/Disney (o mejor dicho, Disney/Marvel...) para recuperar la rentabilidad de un personaje que tras el destrozo que cometió Avi Arad con sus "consejos" a Raimi en la tercera parte de la anterior saga, se fue a hacer puñetas. Y como hay que rentabilizarlo, pues hale, actores nuevos, director nuevo y todo encaminado para crear una nueva hornada de consumidores que puedan disfrutar de todo el merchadising que ya ha aterrizado en todas las plataformas.

De acuerdo, reconozco que la primera hora y media de película está muy lograda, y consigue que no mires el reloj ni un segundo. Pero todo el buen ritmo y tono de la primera hora y media, se destroza con la segunda y pico: licencias demasiado infantiles, claves que rompen el transcurso de la historia -llegando a convertirla en verdaderamente estúpida- y registros actorales que no siguen al nivel hasta el final. Incluso un actor tan brillante como Rhys Ifans llega a convertirse en un verdadero payaso en el desenlace final, absolutamente sobreactuado. Está claro que Webb, a pesar de su solvencia como director de encargo no tiene demasiado bagaje, pero ese nivel que se viene abajo termina por destrozar la buena impresión que causa la película en su arranque trepidante. Eso sí, en ningún momento se olvidan las dos primeras películas dirigidas por Raimi, que dejaron el nivel bastante alto...

Me resulta curioso ver cómo dos actores como Garfield y Stone -ejemplo de cómo dos feos también pueden ser guapos- paulatinamente van despersonalizándose en un producto que termina por desvariar en todos los sentidos. Y el primero de todos -imprescindible en este tipo de películas- son los efectos especiales. Al principio disfrutamos de lo lindo de las evoluciones de Parker/Spiderman, de sus peleas, de su agilidad, de sus reacciones... hasta que llega un momento en que ya no vemos prácticamente nada, imbuido el director de la incomprensible inercia visual del último Hollywood -cuánto daño ha hecho Michael Bay...- y los efectos digitales terminan por notarse demasiado, hasta el punto de que el Lagarto está mucho más cercano a un personaje de PlayStation que de una película.

La historia es exactamente la misma de toda la vida... hasta que empieza a desbarrar y el adn del personaje -tal y como dije al principio- se termina rompiendo: Peter Parker es un solitario y talentoso adolescente que estudia en el clásico instituto. Vive con sus tíos Ben y May, y sus padres han muerto o desaparecido o vaya vd. a saber -otro punto negativo que nos explicarán muy poco satisfactoriamente a lo largo del film...- y un buen día es picado por una araña radiactiva que le dará los poderes de una araña. Un brillante científico compañero de su padre, el Dr. Connors, mostrará a Parker sus experimentos, y debido a un fallo, se convertirá en un monstruo peligrosísimo. Paralelamente, Parker se enamora perdidamente de Gwen, ayudante del Dr. Connor e hija del capitán de la policía...

El problema no es que la película no aporte absolutamente nada a la historia -y es exactamente igual de innecesaria que "Supermán returns" de Bryan Singer- sino la de patadas que le dan a la misma, destrozando el imaginario colectivo con el beneplácito del mismísimo Stan Lee, creador del personaje, en aras de una mayor comercialidad. Tiene bastante gracia que intenten vender la "oscuridad" de este "nuevo Spiderman" (así, entre comillas) igual a la del Batman de Nolan. Ni de lejos, oiga, ni de lejos: este es un niñato que termina por convertirse en la estrella del show y un superhéroe ayudado por toda la ciudad, policía incluida (cosa que jamás, absolutamente jamás ha pasado con este personaje, que siempre arrastraba su estigma de proscrito y que es uno de los rasgos indelebles que le definía). Hala, ahora todos abrazados mirando al cielo y suspirando cuando Spiderman pasa a toda velocidad con sus redes, dando gritos... ¿de qué y de cuándo?

Me ha resultado realmente decepcionante, no ya por haber empleado uno de los arcos argumentales menos interesantes de los primeros comienzos del personaje (en vez de el Lagarto... ¿por qué no Electro, Misterio o Kraven el Cazador?) sino por el paulatino -y demasiado descarado- intento de crear un producto demasiado "blanco", demasiado políticamente correcto, cuando precisamente Spiderman es todo lo contrario. O debería serlo. Porque está bien que Disney quiera crear películas familiares que se acerquen a todos, con la parafernalia de los superhéroes de la Marvel... pero podrían haberlo hecho bastante mejor, y si no que miren la primera parte de "Iron Man" o incluso a "Los Vengadores". Claro que eso supondría más trabajo de guión, más recursos para los guionistas y más tiempos para escribirlo, y seguro que creen que esa partida de presupuesto se aprovecha mejor en efectos digitales y promoción. Por mucho que haya reventado la taquilla en su estreno, a la larga, estoy seguro que se terminarán equivocando.

TRAILER

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