La Bella y la Bestia
Stephen Chbosky, Evan Spiliotopoulos (Novela: Jeanne-Marie Leprince de Beaumont)
Alan Menken
Tobias A. Schliessler
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Paulatinamente, esto ha ido degenerando impulsado por una estructura comercial que imponía hacer una película de estas características al año, y esto derivó en una notable bajada de calidad: por muchos medios técnicos y artísticos que se tengan, no se puede forzar la ejecución de una obra maestra al año, ya que todos los títulos antes mencionados tardaron incluso décadas -cuando menos, lustros- en crearse.
Pero hay que reconocer que Disney ha sabido reinventarse, volviendo a poner en valor toda la magia de la factoría con una fórmula que sobre el papel no es nada en especial, pero que ha originado un resultado sencillamente espectacular: si las películas de animación Disney con números musicales ya se han convertido en clásicos, y se han podido trasladar con personajes reales al teatro musical, cosechando grandes éxitos en Broadway y en todo el mundo... ¿por qué no hacer versiones cinematográficas también reales de estas películas?
O sea, reinventar la rueda. Y conseguirlo, porque esta nueva versión de "La Bella y la Bestia" -gran éxito de la época gloriosa Menken de 1991- no solo actualiza a la versión de animación, sino que recoge lo mejor de la versión del teatro musical y alcanza un nivel altísimo, heredando lo mejor de ambos mundos y conformándose en un producto que desarrolla además varias líneas argumentales (el padre de Bella, la relación de Gastón con Lefou, los sirvientes de la Bestia...) de manera eficaz. Más de dos horas de espectáculo, rodado con gran acierto por Bill Condon, lleno de magia, música y la mejor tradición Disney. Aunque nos conozcamos de memoria todo el argumento -e incluso las partes musicales, que son traslación directa de la otra versión de animación- seremos capaces de disfrutar con la historia de amor entre la curiosa e inteligente campesina y el príncipe maldito convertido en un monstruoso ser.
Confieso -mea culpa- que esta película me parecía totalmente prescindible, ya que la versión de 1991 animada era de mis preferidas de la reinvención de Disney de la época Menken, pero ahora se ha echado toda la carne en el asador para llegar a una verdadera maravilla, de producción artística exquisita, de elección de casting perfecta -con la única excepción quizás de la sosita Emma Watson, claro que ¿qué mejor que la más aventajada alumna de Hogwarth (con permiso de su compañero Harry Potter) para lidiar con un castillo encantado?- y con números musicales adaptados magistralmente y que en nada desmerecen de la versión animada.
Una experiencia realmente sorprendente que es capaz de cautivar literalmente a todos los públicos -en la sesión a la que asistí el variopinto público (entre los que estaban adultos, niños, adolescentes...) al finalizar se levantó de la silla y aplaudió- y que hace pensar que Disney ha encontrado una nueva mina de oro, a la que de seguro le sacará todo el provecho (y más): volver a humanizar a todos sus personajes de animación y llevarlos a la gran pantalla. Ya han tenido la experiencia de hacer lo contrario durante décadas (con todo tipo de animales, cosas...) y ahora lo hacen a la inversa, bordándolo en "El libro de la Selva", y ahora con "La Bella y la Bestia". Tenemos magia Disney para rato.
TRAILER
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