- DIRECTOR: Vicente Amorim
- GUIÓN: John Wrathall (Obra: C.P. Taylor)
- MÚSICA: Simon Lacey
- FOTOGRAFÍA: Andrew Dunn
- REPARTO: Viggo Mortensen, Mark Strong, Jason Isaacs, Steven Mackintosh
En 1982 el autor teatral escocés C.P. Taylor publicó una obra que daba una vuelta de tuerca al tema de la culpabilidad, la conciencia, la bondad y la maldad a través de una de los episodios más negros de la historia de la humanidad, el ascenso del nazismo en la Alemania pre Segunda Guerra Mundial. Su enfoque, original dentro de todas las reflexiones que sobre el nacional socialismo se han hecho en teatro, cine y televisión, simplificaba el tremendismo moral de las aberraciones de los nazis a través de un personaje anodino, falto de personalidad y carácter, que inmerso en una situación familiar traumatizante (una madre enferma crónica y dependiente, una esposa neurótica e incapaz de cristalizar un hogar, una situación laboral insatisfactoria...) se deja llevar por la fácil tendencia de apegarse a los poderosos y cuando abre los ojos, se da cuenta que se ha convertido en todo lo que odiaba. Una obra excelente, que ha conquistado durante décadas los escenarios británicos y que ahora tiene, finalmente, un correlato en la gran pantalla. Pero lo que podría haber sido un aldabonazo a la historia del cine, se ha convertido en una tímida llamada, una obra muy menor, de vocación y factura televisivas, que se dispersa desde su inicio en tópicos tras tópicos y además perdiendo el tono onírico original que la obra alcanza en algunos momentos -que no encaja ni p'atrás en la estructura del film-. Si hay algún culpable de este desatino, es sin lugar a dudas el realizador brasileño encargado de este film (¡¡¡inexplicablemente!!!), que con su inexperiencia, nula capacidad para dirigir actores y para dar cohesión interna al proyecto, la caga estrepitosamente. Mira que es difícil fallar con un guión tan interesante, un protagonista como Mortenssen, y un tema tan popular. Bueno, pues nada, este director lo ha hecho, granjeándose de paso el título de director más torpe del mes. Una verdadera pena. Pero a pesar de la (gran) torpeza de Amorim, la película sigue transmitiendo la disquisición que transmitía la obra, y que nos provoca gran turbación y desconcierto: nosotros que tanto criticamos lo reprobable moralmente ¿caeríamos en las trampas que todos cayeron? ¿seríamos mejores que ellos? ¿cualquiera, entonces, podría caer en brutalidades como el III reich en pos de un (mal) nacionalismo, la (pobre) justificación de una vida mejor, el (comprensible) deseo de prosperar y la (falsa) ilusión de bienestar?
TRAILER
4 comentarios:
vaya cara de gilipollas que tiene el Viggo en esta peli. Na mas por eso yo no voy a verla, por gilipollas.
A mi me gusta aunque se vista de buzo: ¡¡que tio más bueno, más simpático y encina, hablando español con acento argentino!!!
¿otra de nazis? que rollo
el acento que tiene es buenísimo, a mí me hace mucha gracia por lo menos. Sobre la peli no digo nada que no la he visto(y me parece a mí que no la voy a ver). Un abrazo :-)
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