> Canal de Cine Federico Casado Reina: Apocalipsis Vampiro

Apocalipsis Vampiro

Daybreakers

Parafraseando al clásico “gore” de los setenta, ahora ya no son los caníbales los que organizan el apocalipsis, sino los vampiros. Bueno, en realidad los chupadores de sangre también comen…aunque no a sí mismos, sino a los humanos, así que también van por aquí los tiros. No es para nadie un secreto que los vampiros son una de mis grandes debilidades en el séptimo arte (igual que James Bond, qué le vamos a hacer…). Y ya puestos, la ciencia ficción también me puede. Por eso, sobre el papel, este film parecía hecho para mí: en un futuro cercano, el mundo ya no es humano: es vampiro; toda la población se ha convertido en chupasangre, y Cadillac ya no vende descapotables para pasear con el sol y el viento dándonos en la cara, sino coches con sistemas de protección solar y videocámaras para poder conducir de día sin convertirse en un polvorón. En este mundo donde los colmillos marcan la pauta, y donde en los bares se sirven torrefactos con cero negativo, las cosas empiezan a ponerse serias cuando los humanos están al borde de la extinción. Claro, todo funciona perfectamente mientras que la nación vampira va capturando humanos y los pone en granjas de cultivo para sacarles hasta la última gota de hemoglobina, pero cuando los bien entrenados ejércitos terminen de cazar al último hombre vivo… ¿de qué se alimentarán? En esa tesitura un atormentado vampiro interpretado por Ethan Hawke está buscando desesperadamente un sustituto artificial para la sangre, pero el pobre hematólogo fracasa una y otra vez. Lo natural es lo natural. En ese estado de desesperación, la resistencia humana se pone en contacto con el médico porque hay una luz de esperanza para la tierra: al parecer es posible revertir el estado de vampiro a humano… El film está bien dirigido, pero tiene una factura excesivamente televisiva, pareciendo más el programa piloto de una teleserie que una película de estreno en salas. Si, está todo bien, los actores son excelentes (ahí tenemos a intérpretes tan sólidos como Sam Neill (“Parque Jurásico”) o Willem Dafoe (“Anticristo”), incluso Hawke (“Gattaca”) da vida a un primo hermano del Brad Pitt de “Entrevista con el vampiro”, con sus mismas atormentadas percepciones de la felicidad y la humanidad; a los efectos especiales tampoco podemos ponerles falta, con todos los elementos propios del género. Incluso el guión tiene giros interesantes y originales (el hecho de que el problema de este particular mundo nocturno sea la falta de sangre, y que la privación del líquido rojo convierta a los vampiros en monstruos sin cerebro, que en esta sociedad son “sin techo”, de los que se libran con la policía dándoles un paseíto a plena luz del día…) pero no hay grandeza en la misma. Se echa en falta una banda sonora que subraye mejor los momentos dramáticos, igual que lo hace con los momentos de terror (que también los hay, y todo). Creo que desde que Murnau dirigiera una de las mejores películas de la historia del cine con “Nosferatu”, se ha dicho casi de todo con respecto a este mito: desde la teatralidad del clásico de la universal con Bela Lugosi, al glamour setentero de Christopher Lee en la versión Hammer de “Drácula” o lo fashion de Catherine Deneuve en “El Ansia” de Tony Scott. Incluso recientemente tuvimos la oportunidad de disfrutar de una de las mejores películas de vampiros que hayamos visto en mucho tiempo, porque “Déjame entrar” no solo respetaba los cánones clásicos del mito, sino que además añadía una faceta “humanizadora” a estos personajes (y encima hecha con tres pesetas, que viva la imaginación). Ya que hay facciones tan delimitadas en el enfrentamiento entre humanos y vampiros, se echa en falta unos enfrentamientos más grandilocuentes, así como una mayor motivación de los personajes en intentar salvar el mundo (¿por qué el hematólogo es el único que se da cuenta que cuando se acabe la sangre se va todo a hacer puñetas?). Es un film original, interesante en cuanto a la prospección de ese perverso futuro, pero creo que ha quedado demasiado banal, demasiado consumista, con muy poco peso específico y después de verla, probablemente nos hagan gracia algunas anécdotas, pero seguro que en una media hora, ya la habremos olvidado.

TRAILER

1 comentario:

Antonio P dijo...

¿Vampiros en el futuro?
Esto es la leche, desde luego, la gente cada vez esta más pillá