- DIRECTOR: John Musker, Ron Clements
- GUIÓN: Ron Clements, Greg Erb, Rob Edwards, Don Hall, John Musker, Jason Oremland
- MÚSICA: Randy Newman
- REPARTO (en sus voces originales): Anika Noni Rose, Bruno Campos, Keith David, Michael-Leon Wooley, Jennifer Cody, Jim Cummings, Peter Bartlett, Jenifer Lewis, Oprah Winfrey, Terrence Howard
No te puedes imaginar la alegría que me he llevado con esta película. Cuando Michael Eisner, una funestísima influencia para Disney y presidente de la compañía durante casi una década decidió cerrar los estudios de animación tradicional (o sea, en 2d), para mí fue poco menos que un epitafio: el tarugo de Eisner se dedicó entonces a convertir la Disney en una empresa de merchandising y parques temáticos, perdiendo además la hegemonía en el mundo de animación. Eso sí, gracias a su completa estulticia (esto pasa por poner a economistas a dirigir una productora de cine y animación, sin que tenga ni puta idea de qué va el negocio que dirige…) muchos de los profesionales que trabajaban en Disney se largaron y montaron otra próspera productora, Dreamworks, que ha ofrecido títulos tan memorables como “Shrek”. El golpe de efecto de Disney al comprar Pixar ya encarriló mejor el asunto, y ahora con esta deliciosa película que nos ocupa, la cosa se termina de fraguar: la histórica compañía que escribiera páginas insustituibles de la historia del cine ha vuelto por sus fueros, con un film realmente precioso, a la medida de lo que siempre supo hacer mejor que nadie. Conjugando magia, fantasía, y todos los elementos clásicos Disney –esto es, amor, princesas, animalitos divertidos humanizados, canciones, números musicales, humor y aventuras- “Tiana y el sapo” ha logrado revitalizar y actualizar todos esos mitos. Me hace gracia que por primera vez el príncipe de la película sea negro (como Obama) y que la acción se desarrolle en New Orleans, el lugar devastado hace relativamente poco tiempo por el huracán Katrina. Cada vez creo menos en las coincidencias, mire usted, y esto se me antoja en un punto de marketing bastante estudiado –y no digamos que la protagonista no esa la rubia de ojos azules y millonaria, sino la negrita simpática y contestona-. De acuerdo, las princesas Disney han sido pelirrojas, rubias, árabes, chinas y hasta indias. Pero ninguna negra. Y en la América del “Yes, we can”, ellos también “can”. Hala, Tiana resulta que es negra. Pero, olvidémonos (aunque sea por un momento) de la contextualización y vayamos a lo que nos interesa, porque el film es una delicia: la hija de una costurera negra de New Orleans tiene un don especial con la cocina, como su padre. Ambicionando desde pequeñita tener un restaurante mientras tiene dos trabajos como camarera, su duro trabajo termina por conseguirle el dinero suficiente para comprar el local. Paralelamente, su amiga millonaria está obsesionada con el guapo príncipe Naveen, que va a llegar a la ciudad para posiblemente, casarse con ella. Las casualidades de la vida hacen que un brujo vudú se mezcle con el príncipe y su ayuda de cámara y les lance una maldición, convirtiendo al príncipe en un sapo y al mayordomo en el príncipe; pero esperen, señores que esto no es nada, porque aún se lía todavía más la cosa, porque el príncipe, ahora sapo, le da un beso a Tiana y ¡también la convierte en sapo! En una aventura apasionante que les llevará por los legendarios pantanos Cajun y donde encontrarán a un cocodrilo que toca la trompeta y a una particular luciérnaga que también les ayudará. Los directores (y creadores) de “Aladdin”, “La Sirenita” y “Hércules” han decidido apostar por lo seguro. Y han acertado, porque el film es un despliegue de diseño, cuidada producción, guión sólido y canciones realmente maravillosas (que no me extrañaría que repitieran éxito en los oscars con canción y banda sonora). Toda una exquisitez de la Disney, que gracias a que ya no está el merluzo de Eisner, vuelve a ser lo que era: un reino de fantasía e ilusión.
TRAILER
2 comentarios:
Manda huevos.
Yo tras las últimas 2D (sobre todo tras ver Zafarrancho en el Rancho) le di el nunca mais a la Disney, pero tras leer la crítica tuya (y otras coincidentes) he de reconocer que volveré al cine a ver una de ellas. A ver si vuelvo a sentir lo que con Aladdin.
Estaban un poco perdidos, y hacían las películas directamente para el DVD y hacer atracciones en los parques temáticos. Ahora es otra cosa, han vuelto a hacer las cosas bien (por lo menos, desde mi punto de vista...). Y si te gustó Aladdin, esta creo que también te va a encantar.
Publicar un comentario