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Total falta de imaginación

Splice: experimento mortal

Soy un confeso admirador de la ciencia ficción. Siempre he disfrutado con películas que sitúan al hombre en un contexto diferente al actual, o que fantasean con reacciones científicas/biológicas peligrosas para el futuro de la humanidad. Claro que para eso hace falta algo tan sencillo y a la vez tan complejo como es la imaginación. De esta manera me resulta paradójico que el director que nos regaló la interesante “Cube” y que años más tarde nos deslumbró con la estética de “Cypher”, ahora caiga en el más estrepitoso fracaso replicando una vez más títulos como “Alien” o más concretamente, la infame saga de serie “B”, “Species (especie mortal)”. Para colmo de males, en toda la película se percibe un evidente tufo de moralina contra los experimentos genéticos, cosa que hace aún más ridículo todo el planteamiento: una pareja de científicos está a punto de realizar uno de los mayores descubrimientos médicos de la historia, cuando crean dos seres genéticamente modificados y que son capaces de sintetizar unas extrañas proteínas capaces de acabar con muchas de las enfermedades actuales. Pero justo en el momento en que quieren avanzar en su experimento y añadir información genética humana, la empresa que los financia decide cerrar la historia, no vaya a ser que la liemos con los experimentos. Como la científica es muy intrépida y entregada, decide hacer de su capa un sallo, y lo hace por su cuenta, creando un híbrido entre humano y vaya vd. a saber qué. Ahí es cuando ya uno estalla en carcajadas, viendo cómo el ser va evolucionando y convirtiéndose rápidamente en toda una mujercita, pasando en poco tiempo todas las fases del crecimiento humano, desde jugar con una barbie que le regalan, hasta la coquetería adolescente. Un verdadero recital de despropósitos, que además de ser completamente ridículos, no resultan en absoluto creíbles. Resulta verdaderamente penoso que la impresionante fotografía de Tetsuo Nagata –a quien ya tuvimos oportunidad de admirar en “Paris, Je t’aime”- y la ambientación de la película, y las esforzadas interpretaciones de Adrien Brody –recordemos, Oscar al mejor actor por “El Pianista”- y Sarah Pollye, queden miserablemente desaprovechadas con el paupérrimo resultado de este refrito que no tiene ni un ápice de originalidad. Solo busca apabullar con algunas secuencias visualmente muy espectaculares, pero que a la postre, solo provocan la carcajada del espectador en los momentos dramáticos supuestamente álgidos de la historia. Un título completamente olvidable, que merece no figurar en ninguna parte, y por supuesto, ser eliminado de la filmografía de sus protagonistas… e incluso de su director.

TRAILER

1 comentario:

Federico Casado Reina dijo...

Hola Diego, muchas gracias por tu visita.
Miro tu blog, un saludo.