- GUIÓN: Eric Garcia, Garrett Lerner (Novela: Eric Garcia)
- MÚSICA: Marco Beltrami
- FOTOGRAFÍA: Enrique Chediak
- REPARTO: Jude Law, Forest Whitaker, Liev Schreiber, Alice Braga, Liza Lapira, Carice van Houten, Yvette Nicole Brown, RZA, Chandler Canterbury, Bashar Rahal, Lina So, Tanya Clarke
Es cierto, cuando un director comienza su carrera, hay que ser razonablemente complacientes… pero hasta un cierto punto, claro. Sapochnick lo intenta desesperadamente en los 111 minutos que dura la película, y realiza –me temo- demasiados “homenajes” –por no decir plagios- de títulos clave en el género de la ciencia ficción, con el referente obligatorio a “Blade Runner”, creando un futuro cercano de auténtica pesadilla empresarial: una compañía que fabrica carísimos órganos sintéticos de reposición –corazones, pulmones, hígados, riñones, ojos, pierna, un auténtico mercado, vamos…- se dedica a extraerlos sin compasión de aquellos seres humanos que no pueden pagar las carísimas cuotas de los mismos. De esa manera, nace un cuerpo de seguridad llamados los “Repo-Men”, que mitad policías, mitad detectives y mitad cirujanos, localizan al moroso en cuestión, le quitan el órgano, lo devuelven a la compañía para que pueda ser reutilizado, y por supuesto, cobran una jugosa comisión por el trabajito. Todos contentos. Claro que…¿qué pasaría si precisamente uno de esos agentes fuera uno de esos morosos que está “utilizando” esos órganos sin haber pagado sus cuotas? Claro, que todos sus compañeros –incluidos los más amigos- se le echarían encima, de la misma manera que se le echaron a Tom Cruise en “Minority Report”, otro referente innegable. Pero a diferencia de los filmes de Ridley Scott y Steven Spielberg –que marcaron un antes y un después en la ciencia ficción, sobre todo el de Scott- esta película tiene una vocación más de andar por casa, mucho menos pretenciosa, cosa bastante de agradecer. De hecho, dentro de esa vocación se incluye un “gore” bastante gamberro, y en varias ocasiones la sangre y la casquería está más presente de lo habitual, haciendo algo incómoda la visión a aquellos espectadores que busquen ciencia ficción más “limpia”, y consiguiendo que todos aquellos que vayan a buscar algo más morboso disfruten del espectáculo. Total, que el esfuerzo de ese primer largometraje ha sido notable, contando además con actores de la talla de Jude Law, Forest Whitaker y Liev Schreiber, y con un diseño de producción muy logrado. Entonces ¿por qué no termina de cuajar el film? Pues porque a pesar del voluntarismo que le echa el director, todo resulta una copia de las películas que antes mencionamos, pero en plan cutre. De acuerdo, ese cutrerío es en parte buscado, pero no deja de ser un cutrerío; máxime cuando además en el final de la historia se intenta dar un giro al guión que resulta francamente rocambolesco y hasta ridículo. Volviendo al tema actoral, me resulta sorprendente que estos actores colaboren en un proyecto tan de andar por casa, e incluso que brillen en sus respectivos personajes (especialmente Whitaker y Schreiber, convertido este último ya en una referencia obligada en secundarios de lujo, como en su día lo fueron Morgan Freeman o Gene Hackman). Enmarcada dentro de un poco exigente cine de entretenimiento, resulta interesante y entretenida… pero no le podemos pedir más que una tarde más o menos entretenida con un refresco, unas palomitas… y algo de mala memoria para no recordar ni “Blade Runner”, ni “Minority Report”, porque como seamos medianamente exigentes, nos levantaríamos y nos iríamos sin pestañear (y quizás exigiendo la devolución de nuestra entrada).
TRAILER
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