- DIRECTOR: Abbas Kiarostami
- GUIÓN: Abbas Kiarostami
- MÚSICA: Varios
- FOTOGRAFÍA: Luca Bigazzi
- REPARTO: Juliette Binoche, William Shimell, Jean-Claude Carrière, Agathe Natanson, Gianna Giachetti, Adrian Moore, Angelo Barbagallo, Andrea Laurenzi, Filippo Trojano
Madre del amor hermoso… qué coñazo de película. Si el cine se define como un lenguaje audiovisual para contar una historia, estableciendo un determinado tono para ello, entonces no estamos hablando de cine. Ni siquiera estamos hablando de teatro, porque en el mismo la articulación del drama funciona de otra forma. Prometo solemnemente que jamás (o prácticamente jamás) me duermo en el cine, y que aún menos me marcho de la sala hasta que termina una película. Pero de la misma forma, incluyo este engendro en el “prácticamente” que acabo de mencionar, porque primero me dormí por lo aburrido del discurso y la lentitud del mismo, y posteriormente, me salí de la sala. Todo ello creo que se debe, en parte, al deseo de Kiarostami (un cineasta absolutamente sobrevalorado, desde mi modesto parecer…que tampoco es para tanto, por favor) para “occidentalizarse”: obras como “El Sabor de las cerezas” o “A través de los olivos” precisamente embrujaban y embelesaban por tener unos parámetros completamente diferentes al cine occidental, desgranando con una exquisita delicadeza muchos elementos culturales, además de trastocar el formalismo clásico de una narración fílmica. Pero ahora Kiarostami intenta jugar en el terreno más internacional, con un discurso que se podría extrapolar directamente a la cultura gala y falla estrepitosamente, devanado en disquisiciones filosóficas completamente estériles sobre la naturaleza del arte, de la creatividad, de la originalidad e incluso de la fidelidad. Unos diálogos realmente densos, completamente insoportables consiguen que a los pocos minutos de proyección se provoque inevitablemente un aburrimiento superlativo, realmente imposible de superar y sobrevenga, al menos en mi caso, un sueño casi inmediato. Eso sí, es innegable la contribución de este cineasta a la cura contra el insomnio, pues creo que este film supone un remedio infalible contra el insomnio. Vamos, el tratamiento definitivo, aseguraría. Casi podría apostar a que cualquier persona que lo sufra caerá casi como si le dieran un martillazo en la cabeza a los veinte minutos de proyección.
TRAILER
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