- DIRECTOR: Rob Letterman
- GUIÓN: Joe Stillman, Nicholas Stoller (Libro: Jonathan Swift)
- MÚSICA: Henry Jackman
- FOTOGRAFÍA: David Tattersall
- REPARTO: Jack Black, Emily Blunt, Jason Segel, Amanda Peet, Billy Connolly, James Corden, Romany Malco, T.J. Miller, Chris O'Dowd, Catherine Tate, Luoc Lee
Antes de empezar a leer esto, hazte una pregunta: ¿Te cae bien y te hace gracia Jack Black? Si la respuesta es que si, entonces no leas la crítica, y ve a ver la película, porque haga lo que haga, vas a disfrutar de lo lindo de ochenta minutos de Jack Black en estado puro, haciendo lo que le da la gana, lo que él cree que es gracioso y perpetrando uno de los peores expolios intelectuales que jamás se haya hecho con una obra literaria. Si por el contrario, eres de los que cree que Black es un actor espantoso, que siempre hace las mismas gracias, que resulta penoso, ridículo, sin gracia…entonces sigue leyendo, porque he sentido verdaderas arcadas con esta infame versión del clásico de Jonathan Swift: resulta que Gulliver ahora es un insoportable macarra que reparte el correo en una editorial y está secretamente enamorado de una bella y simpatiquísima editora. Para intentar conquistarla, acepta el encargo de hacer un libro de viajes sobre el Triángulo de las Bermudas, y sin saberlo, su barco va a parar a Lilliput, donde se encontrará con un mundo de diminutas dimensiones donde él es el gigante. Desde el principio a fin la vocación de la película es meter con calzador y bastante poca fortuna los toques actuales de comedia gruesa al texto del siglo XVII, y lo que se consigue es un espantoso rebozado plagado de chistes sin gracia –¡¡¡metiendo incluso a un Transformer en la historia!!!-. Tal es el nivel de estupidez del guión, que ni siquiera la historia de amor entre el protagonista y la chica de turno anima la historia, que desde un principio alcanza niveles de grosería pocas veces visto en la historia del cine. En una lectura algo más profunda –algo bastante difícil de entender en este engendro- podríamos ver un intento de burlarse de las monarquías europeas, frente al “modo de vida americano” –y yo puntualizaría “modo MACARRA de vida americano”- que al parecer es el que funciona, el que hace feliz y con el que puedes conseguir todo en la vida (el final resulta todavía más bochornoso, intentando hacer creíble a Black dentro de la madurez y el éxito profesional). Esperpéntica, realmente insoportable, ni siquiera los más pequeños disfrutarán de este engendro que hará que no pocos espectadores salgan de la sala reclamando el (excesivo) importe de su entrada a cambio de esta bazofia que, encima, tiene el pretexto de las “3d” para intentar justificar un atraco en toda regla. Esto debería ser denunciable.
TRAILER
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