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Un salvapantallas de 32 millones de dólares

El árbol de la vida
A estas alturas, estamos ya todos un poquito quemados de la filosofía mal entendida (y peor digerida) que algunos directores se empeñan en imprimir a sus películas. Una cosa es la vena lírica y poética de algunos genios del cine como Bergman, Antonioni o Kubrick, y otra muy distinta es intentar apabullar con estéticas preciosas pero absolutamente vacías, en la que la (inexistente) acción marcha demasiado lentamente y en las que todo es vacuo, inútil y por ende, insoportablemente pedante. Pero hay todavía algo más irritante, algo mucho peor: la pretenciosidad. Es innegable la belleza de muchas de las imágenes de este film, pero la vocación didáctica que Malick imprime a cada plano es de una vanidad insultante, pretendiendo desentrañar el sentido de la vida, de la muerte e incluso de la creación misma del universo. Toma ya, ahí queda eso. Porque nos enfrentamos a una obra presuntamente de proporciones elefantiásicas. Una especie de tratado (o legado) de lo que es la existencia en general. O sea, como si Malick ser hubiera investido como investigador, profeta, visionario y legislador de la existencia misma, como una especie de gurú metafísico del cosmos, entre Einstein, el Papa y Stephen Hawking, todo a la vez. Pero simplificando un poco los términos de su empalagosa ecuación, tenemos una historia interesante sobre la paternidad, el matrimonio y el amor, eso no hay quien se lo quite, como no hay quien quite la incuestionable valía actoral tanto de Brad Pitt como de Sean Penn, sin olvidar a Jessica Chastain. Aunque el film siente rápidamente los pilares argumentales de la historia, rápidamente se pierde en inútiles reflexiones que no añaden nada al guión. Únicamente sirve para recrearse en las imágenes con una vena más o menos mística, mucho más cercana al videoarte que al cine en sí mismo. Creo que una sala de cine, por mucha recaudación que haya tenido el film en su primera semana (y estoy convencido que Brad Pitt tiene mucho que ver en esto...si hubiera sido cualquier otro actor -con excepción de George Clooney, probablemente- u otra actriz, otro gallo hubiera cantado en la recaudación...) Un marasmo de sensaciones encontradas, como una botella de cerveza agitada y a punto de estallar a cada plano...que nunca estalla. Eso resulta por menos que frustrante para el espectador, que además tiene que aguantar gratuitas recreaciones de árboles, cascadas, hojas cayendo...los tópicos tras los tópicos estéticos repetidos mil y una vez, y adornados para más escarnio aún con una voz en off que además utiliza un lenguaje alegórico para intentar explicar...el sentido de la vida. Finalmente, a todo esto Mr. Malick ha metido por el morro unas cuantas secuencias de la creación del universo y de la época de los dinosaurios, que le pegan al film como a un Cristo dos pistolas. Pero...¡¡Da igual, porque queda tan bonito!! Es como si viéramos una de las famosas animaciones seudofilosóficas que circulan por internet con música clásica y que hablan de la felicidad y del sentido teológico de la vida, o un salvapantallas que ameniza las pausas en la actividad de un ordenador. Lo sorprendente es que toda esta producción haya costado aproximadamente 32 millones de dólares, para ver imágenes preciosas pero sin contenido alguno, expuestas únicamente porque quedan bonitas e intentando demostrar al espectador lo buen director y lo bien que han quedado insertadas ahí. Un salvapantallas demasiado caro, me temo.
TRAILER

1 comentario:

Salvapantallas de Cine dijo...

Esta pelicula no me gusto mucho, me parecio muy rara la historia y me da pena.
Saludos
Aurora