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GUIÓN: Pau Vergara (Cómic: Víctor Mora)
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MÚSICA: Luis Ibars
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FOTOGRAFÍA: Javier Salmones
Por qué no reconocerlo, esperaba esta película desde hace años. O mejor dicho, desde hace décadas: como aficionado al cómic, éste fue el personaje que me enganchó al mundo de las viñetas, tras conocer a Mortadelo, Filemón, Zipi y Zape, Carpanta y Rompetechos. Porque luego llegó el Capitán Trueno y todo cambió radicalmente, y los tebeos se convirtieron en cómics. Algo como más adulto, más profundo, por mucha imagen reaccionaria que tuviera. Ese héroe de marcado acento e-pañó (que diría Torrente) era la quintaesencia de la reserva espiritual de occidente, que ahora parece que pocos se acuerda, como tampoco se acuerdan que su frase mítica era “Santiago y Cierra España”, en clara reminiscencia a "la gloriosa reconquista" de los árabes entre los siglos XIII y XV. Pero poco importaba, porque en un mundo huérfano aún de los personajes de la DC y de la Marvel, El Capitán Trueno y el Jabato (con toda su iconografía) era la créme de la créme. Por eso era muy fácil cagarla con este producto, máxime cuando los productores han apostillado que la pésima calidad del film se debe a que “el capitán trueno fue siempre un producto para niños, y la película también lo es”. Toma ya. Con lo que no ha contado el lumbreras este es que los niños que leíamos El Capitán Trueno ahora tenemos cuarentaytán y que no se nos puede tratar como a gilipollas. Pero su desfachatez, y la de su otro compinche Pau Vergara –el auténtico responsable de este desastre insalvable- es que no solo ha tratado de gilipollas al público, sino que también lo ha hecho con el equipo técnico –dejándole un papelón d aquí te espero al curtido realizador Antonio Hernández, que ya ha demostrado su capapacidad para el cine histórico de aventuras con la más que digna “Los Borgia”- y por supuesto con el equipo artístico –al que ha dejado de pagarle por todo el morro, y que no ha avisado para los actos de marketing y promoción del film…un desastre sin paliativos ni excusa-. Tendríamos que remontarnos hasta casi diez años atrás para recordar que un entonces pletórico Julio Fernández de Filmax compró los derechos de adaptación del personaje de Victor Mora. Y para el proyecto contrató nada más y nada menos que a Juan Ma Bajo Ulloa (“Alas de Mariposa”, “La madre Muerta”, “Airbag”…) pero las desavenencias entre director/guionista y productor dieron al traste con el proyecto. Posteriormente se involucró a Alejandro Toledo e incluso a Elsa Pataky, para encarnar a la princesa vikinga Sigrid de Thule. Pero tampoco funcionó el entuerto y todos se fueron descolgando. El colmo ha sido que Pau Vergara, un desconocido realizador de documentales se ha erigido en guionista y productor de esta definitiva versión realmente espantosa, sobre todo porque no sabe dónde va, es grandilocuente, ampulosa, pretenciosa y lo peor, aburridísima. La cosa llega a niveles insultantes cuando además uno se entera que el proyecto ha constado diez millones de euros, que no se reflejan ni una sola vez en la gran pantalla. Lamentable. Como lamentable ha sido el casting, cuya única baza a favor es Sergio Péris Mencheta, que da vida al Capitán; porque el resto es de auténtica verbena, empezando por la rusa Natasha Yarovenko –una de las peores y más macizas actrices que jamás he conocido, cosa que ya vio Julio Médem en su momento y casi ni la dejó abrir la boca en “Habitación en Roma”- actores casi amateurs para casi todos los papeles y el remate de los tomates: ¿Por qué un lanzador de peso olímpico tiene que ser actor? Pues eso mismo es lo que deberían haberse preguntado al haber elegido al deportista Manuel Martínez para el papel de Goliath. De acuerdo, era el contrapunto cómico en las historietas, pero ahora es de cuchufleta, como si a cualquiera que pasara por la calle, sin formación artística ni actoral alguna lo pusieran delante de las cámaras e hiciera el tonto (eso por no hablar de la cachiporra de cartón piedra que le han dado, que haría las delicias de Los Picapiedra o los teleñecos...). En serio, no podía creer lo que estaba viendo, ¿Cómo se puede llegar a tales niveles de inmundicia? ¿Es que no tienen vergüenza? Pues mire, no la tienen, ni creo que la conozcan. Y si quieres entender realmente como me sentí en la sala, viendo tales burradas sin ton ni son, busca en youtube la canción de la película cantada por Asfalto y que suena en los créditos finales (¡¡que en un ejercicio extremo de masoquismo, me quedé a ver más que nada por conocer a cada uno de los que ha perpetrado este engendro y retirarles de por vida el saludo…), cuyo estribillo dice algo así como “Ven Capitán Trueno, haz que gane el bueno”.
TRAILER (A VER SI TE ATREVES...)
1 comentario:
Vaya despellejamiento gratuíto el de esta peli, amigos.
Es una muy decente producción de aventuras, bien hecha y entretenida, con buen ritmo y equilibrada acción/ diálogos/ intriga.
Pero parece que somos MUY ESPAÑOLES aun, y nos cargamos/ nos cagamos y despreciamos lo nuestro SÍ O SÍ.
Pese algunos fallos que la dejan en un 7-8 sobre 10 (Goliath, en alguna ocasión Natasha, algún tramo con narrativa mal resuelta, etc) es una peli dignísima.
Música, ambientación, luz, fotografía y algunas actuaciones (Langa, Morgano, Peris) son magníficas, el guión es muy aceptable y los efectos especiales (de los que estamos empezando a estar un poco hartitos en cuanto al abuso en las producciones USA) discretos, dignos y bien puestos.
Tengo el hándicap de ser fan de Trueno desde hace 39 años (es decir: desde que nací) y no esperaba gran cosa, pero me ha sorprendido para bien y en la siguiente sesión me llevé a mis sobris, que por supuesto disfrutaron lo suyo.
Entérese mejor, señor "crítico", de la verdadera historia del personaje: lejos de ser un héroe reaccionario no hizo más que desafiar a la censura franquista constantemente: no creía en valores genéticos, raciales ni religiosos, ayudaba a los oprimidos y era demócrata, imponiendo siempre que podía paralamentos y consejos de ancianos. Sigrid era una reina liberada de ataduras machistas.
Así nos va, el ANTICHAUVINISMO del que hacemos gala siempre será igual de malo (o un poquito peor, y si no miren a los franceses) que el chauvinismo a ultranza.
¡Viva el despelleje! ¡viva lo otro! ¡salgamos de la crisis con envidias y panderetas!!
Un abrazo
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