> Canal de Cine Federico Casado Reina: Menos es más

Menos es más

Guerra Mundial Z
Director
Marc Forster
Guión
J. Michael Straczynski, Matthew Michael Carnahan (Novela: Max Brooks)
Música
Marco Beltrami
Fotografía
Robert Richardson
Reparto
Brad PittMireille EnosDaniella KerteszDavid MorseMatthew FoxEric West,James Badge DaleDavid AndrewsPeter CapaldiLudi BoekenFana Mokoena,Abigail HargroveElyes GabelPierfrancesco FavinoMoritz BleibtreuRuth Negga


Ahora parece que a todo el mundo le gustan los zombies. Y lo que es peor, que todo el mundo entiende de zombies. Hace unos años, los seres terroríficos de moda (eso sí, convertidos en fantoches para adolescentes) eran los vampiros y los hombres lobo, con la infame saga “Crepúsculo”. Ahora tocan los zombies, con cómics, series de televisión y mil y una películas que descubren ese momento aterrador en que el mundo se va al traste y todos tenemos que sobrevivir al precio que sea.

Je, como si fuera algo nuevo. Entiendo que a toda la gente que no es aficionada al género del terror/gore ahora le sorprendan este tipo de películas/historias, pero los que estamos curtidos en la zombiemania desde George A. Romero, ya nos parece algo repetitivo. Quiero decir, que hemos visto en mil y una ocasiones cómo la humanidad se reinventa a sí misma en una plaga que acaba con la sociedad tal y como la conocemos. Por eso tampoco termino de entender la fama y alcance de la serie televisiva “Walking Dead”, cuando todo eso ya lo hemos visto en mil y una ocasión en el cine desde 1968 (fecha de estreno de “La noche de los muertos vivientes”, genuino origen cinematográfico del mito, aunque incluso podríamos citar “La legión de los hombres sin alma” -1932- o incluso partes de “El gabinete del Dr. Caligari” -1920-) hasta la actualidad. Incluso en la mismísima serie “Star Trek, la nueva generación” existían unos seres que tenían mucho de zombies, los llamados Borg –un organismo cibernético que asimilaba las características físicas de aquellos a los que se encontraba, y los unía dentro de una conciencia colectiva, similar a la de los insectos-.

La fórmula, salvo raras excepciones siempre era la misma: epidemia, toda la sociedad se destroza, y un grupo de supervivientes lucha para mantenerse a salvo de los infectados, que quieren comerle los higadillos. Sí, porque el “gore” –esto es, la truculencia visual a veces innecesaria- siempre ha estado presente en el fenómeno zombie, sobre todo en las muchas películas que se realizaron en Italia en los años setenta. Tendría que ser Zack Snyer –sí, el que dirigió “300” y ahora “El hombre de acero”- junto con Danny Boyle quienes renovaron a los muertos vivientes, haciéndoles correr que se las pelan tras su alimento. Y llegamos a una interesante novela de Mark Brooks, en plena moda de muertos vivientes, “Guerra Mundial Z” que propone una epidemia a nivel mundial que al parecer únicamente puede ser salvada por un mediador de las Naciones Unidas que parece descubrir la debilidad de la infección.

Con este planteamiento de salida un director bastante poco eficaz con el cine de género como Forster –recordemos el monumental fracaso de “Quantum of Solace”, con lo fácil que lo tenía en la franquicia 007 tras el bombazo de la reinvención del mito con Daniel Craig en “Casino Royale”- se mete en un proyecto que le viene demasiado grande, aunque tiene aciertos parciales precisamente cuando ahonda en el perfil de los personajes, como hizo en “Descubriendo nunca jamás” o “Monster’s Ball”: cuando se acerca al personaje de Brad Pitt, cuando empatiza con sus emociones, sentimientos, motivaciones, cuando conoce al jefe del Mossad en Israel, o al secretario de Naciones Unidas en el portaviones… es cuando funciona la historia. El resto, por espectaculares que sean las imágenes (y que desgraciadamente, enseñan en el tráiler, fastidiando la sorpresa al espectador) resultan partes deslavazadas, con poca o ninguna coherencia ni cohesión dramática.

Siendo honestos, y a pesar de que se noten las muchas desavenencias que al parecer tuvieron el director y la supestrella del show, Brad Pitt durante el rodaje, el film resulta entretenido y con cierto punto de originalidad dentro del ecosistema zombie: creo que es de las primeras veces en que el protagonista consigue acercarse a la génesis y solución de la plaga, añadiendo elementos no sólo de tensión dramática, sino de resolución del conflicto, algo hasta ahora que sólo quedaba en el aire o a vuelapluma en la mayoría de las películas de este subgénero. Mejor aún, toda la historia gira en torno a la búsqueda de una solución… para que el protagonista pueda volver con su familia. Menos es más, o lo pequeño favorece a lo grande.

Como gran superproducción, todo está lo suficientemente bien producido para apabullar al espectador, pero gracias al Olimpo, carece de la pretendida y generalmente presuntuosa premisa de abusar de movimientos de cámara, de efectos sonoros atronadores, ni de innecesaria violencia: es más, creo que es una de las pocas películas de zombies en la que prácticamente no vemos nada de vísceras, casquería, sangre ni porquerías varias. De hecho, creo que ha sido muy inteligente escorar el film a la acción en vez de al terror –aunque hay varias secuencias (insisto, cuánto daño ha hecho el tráiler a esta película!!!!) en las que sentimos verdadero vértigo por lo que va a pasar.

Y llegamos al superguapo, superpadre y superhéroe humano, centro y eje de la película, un Brad Pitt que parece sacado del anuncio de Chanel Nº 5 (sobre todo porque conserva su barbita y su melenita) y que le da solidez a un guión que tiene momentos algo peliagudos, sobre todo porque te tienes que creer una serie de cosas que bueno… será porque es Brad Pitt. No obstante, y sin llegar a la excelencia que ha logrado J. J. Abram con “Star Trek: en la oscuridad”, es otra de las grandes películas del verano, uno de esos blockbusters que están bien hechos más allá de las previsiones de los ejecutivos y economistas de los estudios, y que tiene cierto corazón… así que mejor que no se enteren los zombies porque vienen a comérnoslo.

TRAILER

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