> Canal de Cine Federico Casado Reina: Gravity: No somos nada y lo somos todo

Gravity: No somos nada y lo somos todo

Gravity
Director: Alfonso Cuarón
Guión: Alfonso Cuarón, Jonás Cuarón
Música: Steven Price
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Reparto: Sandra Bullock, George Clooney

Cuando uno lleva tantos años haciendo crítica de cine, termina por desarrollar un cierto olfato para las películas, y por supuesto para los directores. Sobre todo cuando no han cometido ningún despropósito en su carrera, y ésta ha ido de manera ascendente. Cuarón no solo no la fastidiado nunca, sino que con sus pocas películas, nos ha mostrado una forma de entender el cine que es capaz de unir espectáculo con mensaje. O sea, que ha sido capaz, en mayor o menor medida, de cargarse todas las teorías de muchos sesudos gafapasta que creen que una película con grandes estrellas y gran producción no puede tener calidad, calado y profundidad. Después de dar una lección del género de ciencia ficción -ahí queda eso- con "Hijos de los hombres" (plagado además de estrellazas como Clive Owen, Julianne Moore y hasta el mismísimo Michael Caine...), Cuarón ha dado un triple salto mortal con este film, que nunca mejor dicho, desafía la gravedad y con los pilares de otras dos estrellas como George Clooney y una recuperada e inesperadamente lúcida Sandra Bullock, logra crear la más original cinta ambientada en el espacio desde "2001, una odisea del espacio".

Vamos a ver, y no nos volvamos locos: no me refiero a que Cuarón vaya a enmendarle la plana al maestro de maestros Kubrick. A lo que me refiero es que el mejicano ha sido capaz de convertir al espacio en el antagonista perfecto de los protagonistas, creando un personaje tan deslumbrantemente bello como amenazador. Tan terrible como fascinante. Tan naturalmente precioso como brutalmente implacable. Y como pasaba con el film de Kubrick, se convierte en el escenario perfecto para entender a la perfección la psicología del ser humano, que es capaz de sobreponerse ante las vicisitudes más imposibles para sacar aquello que precisamente nos ha hecho prevalecer ante otras especies: el instinto de supervivencia.

Argumentalmente, la cinta parece no ser nada especial. Es más: prácticamente todo el argumento puede resumirse en el trailer. Pero es que eso no es todo, ya que el argumento se fusiona a la perfección con una sinfonía de imágenes que dotan a la historia de una personalidad propia, de una -nunca mejor dicho- atmósfera única probablemente en la historia del cine. Merece la pena señalar que a nivel de realización, éste film es un verdadero prodigio: el uso del plano secuencia, haciendo girar caprichosamente la cámara casi en órbita -otra vez, nunca mejor dicho- de los protagonistas consigue situarnos no solo en los momentos críticos de los personajes, sino también en su psicología, en sus emociones, sentimientos, percepciones...

Es una experiencia tan sobrecogedora como fascinante, y lo que es más alucinante es cómo Cuarón consigue ponernos en nuestro sitio dentro del universo: no somos nada. Ni siquiera una minúscula mota de polvo o basura espacial. Nada de nada. Y a partir de ahí, que cada uno empiece a pensar el lugar que tiene, de donde viene y a donde va. Este discurso, aunque resulte pretencioso, está articulado con tal sencillez, con tal maestría, que te envuelve sutilmente y se queda lastrado en un argumento absolutamente trepidante, que te agarra sin preámbulos desde el inicio y que no te suelta, literalmente, hasta el último plano del film.

Con gran dominio no solo de la narrativa, sino también de la realización, el film oscila entre varios géneros -como sucedía en anteriores filmes de Cuarón- con una facilidad que te deja realmente sorprendido, tocando las teclas justas y necesarias como para encajarse y mezclarse con la misma facilidad que la vida misma, que a la vez puede ser terrorífica, poética, lírica, amable, divertida, brutal, compasiva e inmisericorde. Tan real, preciosa y cruel... como la misma naturaleza. Esa que es capaz de hacer florecer la más preciosa flor y a la vez acabar con todo un ecosistema.

Pero lo más fascinante, es comprobar que un artista es capaz de contar una historia con tan pocos personajes. Igual que Goya conseguía transmitir toda la grandeza del alma humana con una simple cabeza de perro, los grandes cineastas no necesitan de grandes repartos ni recursos para conseguir estremecer al espectador: en el film únicamente tenemos tres pilares, tres. George Clooney, Sandra Bullock y el espacio. Punto final. Y tampoco hace falta más, mire vd., porque Cuarón los ha manejado con tal perfección, ha sabido sacar tanto de ellos, que nos basta y nos sobra para entender la ejemplarmente lúcida reflexión que se trasluce en toda la obra de este director, y que viene a decir que con toda la complejidad, tribulaciones y problemas de los seres humanos, somos de las cosas más insignificantes del universo. Toda la lucha, todos los problemas quedan al final amortiguados ante la inmensidad del nado de Maribel Verdú en "Y tu mamá también", ante el llanto del recién nacido en "Hijos de los Hombres" y ante la inmensidad interestelar de la órbita terrestre. No somos nada, y a la vez lo somos todo. Y aunque "Gravity" tiene unos efectos visuales impresionantes, y una perfección técnica pocas veces vista -especial mención tiene una banda sonora minimalista pero absolutamente rotunda- lo mejor de la película está en su argumento, en sus personajes -repito, el espacio es uno de ellos- y en el conflicto de los mismos. Esto es el cine, señores y así es como se hace.

He leído que James Cameron alucinó cuando vio la película, y que incluso llegó a decir que "ha esperado años para ver una película como ésta". Y yo estoy completamente de acuerdo con él: es realmente fascinante cómo el film toma partido y a la vez se distancia de los protagonistas, llegando a empatizar hasta el tuétano en algunos momentos, para posteriormente situarte en la óptica de un microscopio. La grandeza y la pequeñez de la raza humana, ésa a la que todos pertenecemos y que en su compleja dualidad y conflicto permanente, es capaz de lo más sublime y lo más podrido, de lo más excelso y lo más ruin... de lo más grande y de lo más pequeño. Para mí, "Gravity" ya se ha convertido en un clásico, siendo probablemente la primera película que he visto en mi vida donde he podido sentir la gravedad (o mejor dicho, la aantigravedad) como algo realmente físico. Y encima ha conseguido mitigar un fantasma que he tenido desde pequeño, ya que siempre quise ser astronauta. Después de ver "Gravity", ni de coña...
 
TRAILER


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