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El Gran Hotel Budapest: Como una puñetera cabra

El Gran Hotel Budapest
Director: Wes Anderson
Guión: Wes Anderson (Historia: Wes Anderson, Hugo Guinness), sobre la obra de Stefan Zweig
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Robert D. Yeoman

Hay dos tipos de personas: a los que les gusta Anderson (y a éstos, les apasiona...) y el resto de la mayoría de los mortales -entre los que me encuentro- a los que NO les gusta Anderson. Como todo el cine de este inexplicablemente sobrevalorado director, me parece tan barroca e insustancial, tan pedante y de cuestionable sentido del humor como toda su filmografía. Un derroche inútil de presupuesto para una enorme paja mental preciosa visualmente, e igualmente inútil, tonta y aburrida.

Y mira que me he intentado amoldar a este realizador y su obra; en muchas ocasiones he intentado visionar sus películas... pero es que no puedo soportarlas. No puedo soportar su estúpido sentido del humor, no puedo soportar sus irritantemente vacías historias, que intenta paliarlas con barrocos derroches visuales, no puedo soportar su narrativa neurótica saltando cada cinco minutos entre presente, pasado y futuro, la anti narrativa cinematográfica. Y en el colmo de lo insoportable, no puedo soportar sus diálogos retorcidos y su inaguantable y falsa pose intelectual de artista rompedor, porque más que romper con las reglas y crear nuevas vías de creación audiovisual -como hicieron desde Griffith a Hitchcock, Truffaut, Fellini, Kubrick o Spielberg...- lo que hace es destrozar sin ton ni son la narrativa cinematográfica sencillamente para hacer creer que es un artista. Ja, ja, ja.

¿Que de qué va esta película? Pues es tan difícil de explicar como explicar la narrativa de este director: el conserje de un antiguo hotel ubicado en un imaginario país de centroeuropa en el siglo XIX va a verse sumergido en una increíble trama policíaca donde se verán implicados los personajes más dispares, desde decrépitas millonarias, abogados corruptos, atribulados policías, inmigrantes ilegales, detectives sin escrúpulos...y así un largo y loquísimo etcétera.

Esta cinta ha llegado a lo más alto en la filmografía de Anderson, siendo además un compendio amplificado de toda su obra, con una notable inyección de esteroides a base de uno de los repartos internacionales más impresionantes de los últimos tiempos (desde Ralph Fiennes hasta Bill Murray pasando por Jude Law, F.Murray Abrahams, Willem Dafoe, Tilda Swinton, Harvey Keitel, Edward Norton, Owen Wilson, Adrien Brody, Tom Wilkinson...) y un holgado presupuesto que ha dado rienda suelta a la particular imaginación de este director, consintiéndole todo tipo de caprichos narrativos y demostrando de manera definitiva que este señor está como una puñetera cabra. Eso sí, a los hipster y modernos gafapastas seguro que les encanta, sencillamente por lo "chic" que resulta romper con todo lo anterior (la vi en un cine razonablemente lleno de gente, y el único que se rió de las gracietas de esta película fue UN solo espectador de inequívoco aspecto barbudo hipster-trendy-modernete). Aún me estoy preguntando cómo ha podido convencer a tantos buenos actores para que se embarquen en este proyecto, cómo ha encontrado financiación para hacerlo y lo más alucinante, cómo ha conseguido que el jurado le de un premio en la Berlinale (probablemente, por el síndrome del "traje invisible del rey": mejor es premiar algo que no se comprende, no vaya a ser que luego resulte que este director es un artista y terminemos haciendo el ridículo... Señores del jurado de la Berlinale, el ridículo lo han hecho ya premiando esta porquería sin sentido).

Y es que romper con todo lo anterior está muy bien... si funciona. A mí personalmente, no solo no me funciona en absoluto, sino que directamente me aburre como una ostra. Lo digo tanto como amante del cine, como amante de los cómics -de los que se emborracha Anderson a la hora de hacer cualquier película, utilizando una gramática visual mucho más cercana a los dibujos animados que a la de una película, siendo además la de "El Gran Hotel Budapest" una verdadera orgía acumulativa de recursos...que no sirven para nada. Eso sí, seguro que Anderson se lo ha pasado pipa haciéndola, escribiéndola y montándola. Basada en la obra de Stefan Zweig, que revisa toda la tradición europea de finales del siglo XIX y principios del XX, en una melancólica visión a los antiguos imperios austrohúngaros (ay, D. Luis García Berlanga...), ruso, alemán e incluso Otomano.

Poco más me queda que decir de esta película que me resultó irritantemente aburrida, tan barroca que consigue empacharme en el minuto uno de la proyección, y con todo, ser total e infantilmente predecible, demostrando el postulado que antes enuncié: que este señor es un irredento pedante, que insiste en hacernos creer que es un artista genial con filigranas estúpidas hechas únicamente para vanagloriarse de su supuesto talento, y que lamentablemente, va a seguir con sus películas hechas exclusivamente para su narcisista y nefasta visión del cine. O sea, lo que viene a ser UN COÑAZO. Y encima, un coñazo pedante.

TRAILER


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