> Canal de Cine Federico Casado Reina: Focus: Que te veo venir...

Focus: Que te veo venir...

Focus
Director: Glenn Ficarra, John Requa
Guión: Glenn Ficarra, John Requa
Música: Nick Urata
Fotografía: Xavier Pérez Grobet
Reparto: Will Smith, Margot Robbie, Rodrigo Santoro, Stephanie Honore, BD Wong, Adrian Martinez, Robert Taylor, Kate Adair, Joe Chrest, Dominic Fumusa, Nina Leon, Candice, Michele Barley, Griff Furst, Brennan Brown, Juan Minujín

El cine de timos y estafas es un género en sí mismo, y fantásticas películas hemos tenido, desde “House of Games” de David Mamet, hasta la famosísima “El Golpe” de George Roy Hill (e incluso la absolutamente olvidable “Ahora me ves”…), y por supuesto sin olvidar los muchos trucos y triquiñuelas que el maestro Hitchcock hacía en sus películas y que al final conseguían que nos quedáramos con cara de pasmarote; en cualquiera de los casos, a lo que vengo a referirme es que el público (así en general) está más que habituado a desentrañar los “trucos” o “timos” que esta clase de cintas suele tener y es muy complicado engañarlo. Más que nada porque ya nos han engañado mil y una vez (además, con la concepción romántica de que el cine no es más que “una gran mentira”) y ya los vemos venir…

Aunque si somos sinceros, en realidad ésta película no deberíamos encajarla en este género. O hacerlo a medias, porque en realidad este film es una comedia romántica entre dos personajes, él un Pigmalión avezado, ella una Galatea advenediza que intenta encontrar (a su lado, claro) su lugar en el mundo de la estafa de nivel. El resto es una comparsa algo ficticia, montada para el lucimiento de sus dos guapos y carismáticos protagonistas: Will Smith y Margot Robbie. Y en su favor tengo que decir que el binomio funciona, ya que ambos son guapos, carismáticos, buenos actores y encima tienen una gran vis cómica que encaja a la perfección. El problema es el resto de la película...  Una trama algo farragosa, aunque previsible (no voy a decir nada que pueda suponer un spoiler, pero prácticamente desde el minuto uno sospechamos cómo va a terminar todo, y lo que es peor, quién es cada uno de los personajes…) un desarrollo algo tedioso en el desenlace y un planteamiento a veces chocante. Eso sí, no nos engañemos, tampoco hay que pedirle peras al olmo porque esto es lo que es: un producto de uso, consumo y disfrute y poco más (aunque la verdad, yo me esperaba algo más de estos dos directores, que nos regalaron una de las mejores –y más desconocidas!- películas de Jim Carrey “Phillip Morris ¡Te quiero!”).
 
Poco más hay que decir de un producto que está remozado de chulería, lujo, estilo (o pretendido estilo…) y una dirección de videoclip, en muchos casos. Es una lástima, porque con un poquito de más calidad en el guión, y que hubiera jugado con unas cuantas “cajas chinas” (es decir, una caja que está dentro de una caja, que está dentro de una caja… al estilo de las muñecas rusas…) podría haber sido una de esas películas que figuran con derecho propio en un género tan interesante como éste, el de los timos.

 
TRAILER
 
 

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