> Canal de Cine Federico Casado Reina: Perdiendo el Norte:... del todo.

Perdiendo el Norte:... del todo.

Perdiendo el Norte
Director: Nacho G. Velilla
Guión: Antonio Sánchez, David S. Olivas, Oriol Capel, Nacho G. Velilla
Música: Juanjo Javierre
Fotografía: Isaac Vila
Reparto: Yon González, Julián López, Blanca Suárez, Miki Esparbé, José Sacristán, Úrsula Corberó, Malena Alterio, Javier Cámara, Carmen Machi, Younes Bachir, Arturo Valls


Por más que intente ser complaciente con el cine nacional, por aquello de apoyar la casi inexistente industria del cine español –si la podemos llamar así…-, llega un momento en que a uno no le dejan argumentos para seguir haciendo esta ímproba labor. Porque esto ya es que no tiene nombre, ni apellidos. Es un espanto de proporciones tan dantescas, tan ridículas, tan estúpidas, tan… podría seguir poniendo adjetivos, pero es que ya hasta me canso de buscar en el diccionario, porque podría ponerlos todos. Y me quedaría corto.


Lo más sorprendente es que este curtidísimo realizador, Nacho G. Velilla (que también ha participado en el guión) además de regalarnos dos buenas series televisivas como fueron “7 vidas” y “Aída”, también ha dirigido dos largometrajes que sin ser ninguna maravilla, eran dos comedias funcionales –y comerciales- que consiguieron una buena acogida entre el público y la industria. Tanto “Fuera de carta” como “Que se mueran los feos” tenían su gracia, algo de ingenio, un gran oficio en la narración, y buenos actores. Por eso me sorprende tanto este salto cualitativo tan enorme hacia atrás, porque “Perdiendo el norte” debe figurar por méritos propios entre las más infames películas del cine español. Es de esas películas de las que le quitan a uno las ganas de ver cine español por diez o veinte años. Creo que el Ministerio de Cultura –cuando no el del Interior- debería tomar cartas en el asunto y tipificar este engendro como lesivo para la cultura nacional. Prohibirla, vamos.


Para colmo, la película intenta ironizar con algo tan duro, cruel, salvaje y doloroso como la crisis; la crisis, la economía, los jóvenes que no encuentran trabajo a pesar de su gran cualificación, en fin, toda la retahíla de desgracias que vivimos a diario y que maldita la gracia que tienen. Evidentemente, la capacidad de sátira y escarnio es un elemento primordial en la comedia, y se han ironizado muchos hechos terribles en la historia de la humanidad (y de esto podría decir mucho Berlanga y por supuesto Mel Brooks, que llegó a convertir a Adolf Hitler en un cantante de rap), pero sacando las cosas de quicio, planteando situaciones que lejos de invitar a una reflexión social de manera implícita, sea tan delirante que nos arranque una sonrisa, como el que un empleado de funeraria para hacer una vida normal tenga que hacerse nada más y nada menos que verdugo, tomando el relevo de su entrañable suegro (cuántas veces deberían ver los directores que aspiran a comedia “El Verdugo” de Berlanga…).


De esta manera, la comedia planteada por este film, ni tiene gracia, ni invita a la reflexión. En todo caso a la depresión, ya que encima suma un tema tan peliagudo como el Alzheimer a la ecuación. Y el argumento es tan simple como el mecanismo de un chupete: dos jóvenes sobradamente preparados se marchan a Alemania para buscarse la vida tras comprobar la situación en España y ver un programa del estilo de “Españoles por el mundo”. Y se van a Alemania, claro, y el resto… ya se te lo puedes imaginar, porque el tráiler te lo cuenta todo (incluidos los chistes más elocuentes de la película).


Lo siento pero A3 media la ha fastidiado: con este tipo de productos, por muy financiados que estén incluso antes de estrenarse, no se va a ningún sitio. Mejor dicho, sí que se va: a la ruina. Porque el público no es tonto. Tuve la oportunidad de ver la película en una sala con cierta cantidad de gente y NADIE, repito, NADIE se reía con los chistes. Ni uno, oiga, ni uno. Los actores están pasados de vueltas, y ni siquiera las gracietas de Julián López –que de los dos, es el gracioso, siendo Yon González el guapito…- consiguen ni por un momento subir el nivel. Es penoso ver a una gloria nacional del cine, el teatro y la televisión como D. José Sacristán participar en este engendro infumable, en el que hasta la guapísima Blanca Suárez aparece fea.


Poco más hay que decir de este verdadero espanto. Bueno, sí, una cosa más: no vayas a verla, es perder el dinero y el tiempo. Eso sí, con el título han acertado de pleno, porque han perdido el norte… del todo.


TRAILER


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