> Canal de Cine Federico Casado Reina: Anacleto, Agente Secreto: Ni si, ni no, sino todo lo contrario

Anacleto, Agente Secreto: Ni si, ni no, sino todo lo contrario

Anacleto, Agente Secreto
Director
Guión
Fernando Navarro, Pablo Alén, Breixo Corral (Cómic: Manuel Vázquez Gallego)
Música
Javier Rodero
Fotografía
Arnau Valls Colomer
Reparto
Quim GutiérrezImanol AriasAlexandra JiménezCarlos ArecesBerto Romero,Rossy de PalmaEmilio Gutiérrez CabaEduardo GómezSílvia Abril
No hace falta que explique que los cómics forman parte de mi cultura, que me encantan y que los considero un medio de expresión artística casi tan completo y fascinante como el propio cine. Y como todos los que tenemos más de cuarenta y tan (ejem), he crecido con dos referentes insustituibles en la cultura de aventuras impresas: Mortadelo y Filemón (son uno, como el misterio de la santísima trinidad...) y por supuesto, Anacleto. El agente secreto español más desastre jamás creado por Vázquez, ese genio del dibujo y las aventuras. Una especie de James Bond pero en plan desastre, con más torpeza que acierto, y al que al final por puro azar, le salían bien los encargos que le hacía su jefe. Aventuras, sarcasmo, ironía y todo ello envuelto en un sentido del humor muy "blanco", muy cercano al público infantil, que era el principal consumidor de este personaje (igual que el de Pumby, que el de la familia trapisonda, del TBO y de todos aquellos personajes de la transición española pasada a los cómics).

Reconozco la impecable factura de la película, lo bien que están rodadas las secuencias de acción (un verdadero sobresaliente crear secuencias dignas del cine americano, pero con la cuarta parte de presupuesto) y que hay momentos divertidos en la cinta (muy divertidos). Pero la mezcolanza de todo ello resulta por menos que bizarra. Mejor dicho, imposible: es como si quisiéramos que un chef mezclara un lomo alto de ternera con algodón de azúcar, o si quisiéramos hacer que una lubina fresca se sirviera con nubecitas de chucherías: ni los mismísimos Ferrán Adriá y Paco Roncero juntos podrían llevar a cabo esta proeza, al mezclar extremos tan alejados y poco compatibles.

Algo así es lo que me ha parecido esta película: está claro que al público infanto-juvenil de la actualidad, Anacleto no solo ni le suena, sino que se la trae al pairo. Por ello, han querido recuperar al público original consumidor del personaje y que ahora tiene cuarenta y tan (ejem) para darles una película que tome de referencia al desastrado espía (aunque vaya vestido de smoking...) pero que beba de la tradición del mejor cine de acción y se le añada un humor con muy mala leche. El problema es que este "Frankenstein", teniendo elementos que funcionan por separado, una vez que se han juntado, hay un verdadero caos: no es una película infantil, porque el sentido del humor negro y cruel es para adultos, pero tampoco es una película para adultos, porque todo es demasiado extremo, naïf, como si los guionistas de Disney hubieran cogido una buena cogorza y se hubieran liado a mezclar a Aladdin y al Rey León con Tarantino y Scorsese.

Y lo peor es que de Anacleto solo está el nombre y algún que otro homenaje a las aventuras de este personaje (como el nombre de su perro, Sapristi, que es lo que decía Anacleto cuando se sorprendía por algo): la historia se centra en un chaval que trabaja de segurata en unos grandes almacenes y que un buen día descubre que su padre, en vez de ser un payés que hace fuets en su finca de pueblo, en realidad es un agente secreto internacional. Claro que la agencia para la que trabaja depende del gobierno y con la crisis la cosa ha ido a peor...

Este realizador, que se ha curtido de sobra en cientos de series de televisión, tiene un gran sentido comercial, y ha dirigido películas con gran éxito de taquilla como "Spanish Movie" (la réplica española de las películas-homenaje americanas tipo "Scary Movie", pero con películas hechas aquí), "Promoción Fantasma" o "Tres bodas de más", réplicas nacionales de los éxitos que han tenido géneros en la cinematografía internacional. Pero aquí el punto de mira se le ha ido de las manos, ya que se ha querido inventar una nueva forma de contar las cosas, pero que está en tierra de nadie. Y el sentido del humor llega un momento en que me carga: hay personajes, como los de Quim Gutiérrez o Berto Romero que están todo el tiempo soltando chistes deliberadamente para que nos riamos a cada secuencia. Y otros personajes, como el malvado Vázquez, el malo de la película, que ríete del Capitán Garfio, ya que es malo, malísimo. Yo creo, en cambio, que para esta película debería haberse parecido más a Los hermanos Malasombra (que seguro que los que tenemos cuarenta y tan -ejem- sabemos de qué hablamos...). Vamos, que la película es una especie de "Torrente", con un sentido del humor más "light" y con algo más de buen gusto...

Me ha alegrado mucho comprobar que la primera semana de estreno fue la película más taquillera, pero he entendido perfectamente que pronto la gente se haya olvidado de ella, porque está en tierra de nadie: ni es para niños, ni es para adultos, siendo para todos. Ni es comedia, ni es acción, es las dos cosas. Y yo creo que una película debe dejar claro desde el minuto uno qué es lo que es, qué es lo que quiere contar y a quién va dirigida. Si no, mal vamos.

TRAILER

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