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Que Dios nos perdone: Thriller con sabor a barrio castizo

Que Dios nos perdone
Director
Guión
Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen
Música
Olivier Arson
Fotografía
Alejandro de Pablo
Reparto
Hacer a estas alturas un thriller con dos policías totalmente antagónicos, que investiguen a un asesino en serie es algo realmente difícil; sobre todo por el hartazgo que desde el cine americano -y el europeo también- hemos tenido desde hace 20 o 30 años. Inifinidad de extraños compañeros en las investigaciones, desde la pareja de "Seven" hasta la estudiante del FBI que recurre a un psiquiatra sociópata para descubrir a un asesino que no para de hacer de las suyas. Y siempre sucede lo mismo, en un patrón con el que casi se podrían hacer infinitas variaciones sobre lo mismo: psicópata lleno de peculiaridades, investigación cada vez más compleja, investigadores inteligentes pero mal adaptados a sus vidas cotidianas pero que con su agudeza descubren los mínimos indicios...

Como ya digo, todo muy trillado. Quizás la única novedad al género que aporte Sorogoyen en su tercer largometraje es el contexto en que se desarrolla la historia -nada más y nada menos que la visita del anterior Papa en el año 2011 a Madrid, en pleno estallido del 15 m...- y sus dos singulares protagonistas: un tímido y agudo inspector tartamudo -ejemplarmente interpretado por un Antonio de la Torre brillantísimo, como siempre- y un verdadero bestia de compañero, con serios problemas de actitud y carácter -Roberto Álamo siempre en la cúspide de la interpretación, no se puede hacer mejor. Lo de este hombre es digno de mención-. Al igual que Garci consiguió con "El Crack" ubicar toda la mejor tradición del cine detectivesco, dotándolo de personalidad en la España de los 80, esta película reubica todo lo que hemos visto en el cine norteamericano en los barrios más castizos de Madrid. No huele a hamburguesas y coca cola, sino a cerveza y tortilla de patatas.

Y poco más, porque el desarrollo bebe directamente de todas las películas de policías y psicópatas de los últimos tiempos, aunque en su segunda mitad hay un pequeño bache de ritmo y demasiadas concesiones argumentales en un desarrollo de guión que podía haber estado mucho mejor articulado y donde suceden demasiadas cosas "por casualidad" (por casualidad para llegar a una determinada meta, claro...).

Especial mención merece la factura de la cinta, con una excelente fotografía, y lo que es más importante, una banda sonora escalofriante que funciona a la perfección y que añade una atmósfera bastante original a la película, inquietante en todo momento. Las secuencias de acción están bien rodadas, pero a este director aún le falta para aportar verdaderos recursos originales a este tipo de películas.

Pero vamos a lo más importante, que los personajes funcionan. Aunque no con una precisión milimétrica de dámero, pero lo suficiente como para que la investigación -y lo que es más importante, la resolución...- sea lo suficientemente atrayente para mantenerte interesado -a pesar de ser predecible en la mayoría de los casos-. Y la película también, a pesar de sus momentos más flojos, y que en realidad es algo que ya estamos un poquito hartos de ver una y otra vez en cine, televisión, en los informativos y hasta en youtube.

Aparte de las esplendorosas interpretaciones no sólo de los dos fantásticos protagonistas, sino de todo el reparto -donde podemos destacar a un José Luis García Pérez francamente brillante-, "Que Dios nos perdone" es también un revulsivo para ver toda la mayor sordidez que podemos encontrar en todas las capas de nuestra actual sociedad, vista a través de una voluntariosa y escéptica mirada. 

TRAILER

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