Sin Malos Rollos
Que
la industria del cine está cambiando y mutando a las plataformas es un hecho,
por mucho que nos empeñemos en conservar el cine tal y como lo conocíamos. Son
pocas ya las apuestas más allá de franquicias comerciales o mega producciones
avaladas por un genio creativo como Nolan o Scorsese.
Por ello toda a apuesta banal en comedia, drama o de media producción ha quedado relegada al estreno en plataformas, que parecen ser el escenario perfecto para este tipo de producciones. De hecho Amazon, Apple o HBO tiene una nutrida producción no sólo en series, sino además en películas que podríamos llamarlas “de gama media” en todo el mundo –las delegaciones en los países apuestan por producciones locales que luego se extenderán por todo el mundo, en una nueva suerte de distribución, que lo mismo premia que castiga películas o series que pueden llegar a convertirse de la noche a la mañana en grandes referentes en la industria (ahí tenemos “La Casa de Papel”, que comenzó como una serie local de una productora para una cadena española en abierto (Antena 3) y que se ha convertido con Netflix en un verdadero fenómeno mundial, traducido a infinidad de países y generando un éxito sin precedentes en la producción española).
Así resulta insólito encontrarse con una película como esta en la cartelera, que recuerda muchísimo el cine adolescente de los noventa –y que curiosamente, cuenta con Matthew Broderick, protagonista de “Todo en un día”, gran éxito de esa época, ahora reciclado en padre maduro que quiere hacer que su hijo se “espabile” para vivir en el mundo real. En ese bizarro planteamiento, resulta que contratan a una chica para que el alelado chico protagonista “despierte” en todos los sentidos.
Esta anécdota es bastante pequeñita para armar una película más allá de una comedieta insustancial, que aunque intenta recuperar toda esa tradición que decíamos antes, se queda deslavazada en una sucesión de chistes de irregular resultado. Más penoso aún resulta ver a toda una ganadora de Oscars y numerosos premios internacionales como Jennifer Lawrence hacer literalmente el tonto en un papel realmente ñoño.
Ha tardado relativamente poco tiempo en llegar a las plataformas digitales –en España, Rakuten TV y en alquiler en Prime Video- que es su lugar natural. Un intento vano de volver a un tipo de cine que ya se ha quedado un poco obsoleto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario