> Canal de Cine Federico Casado Reina: Una (de las) Tabla(s) de Salvación

Una (de las) Tabla(s) de Salvación

Celda 211

Cuando hace casi dos años leí por primera vez la excelente novela de mi amigo y compañero del diario ABC Francisco Pérez Gandul, quedé gratamente deslumbrado. De hecho, Maestranza Films, la empresa donde trabajaba en ese momento estuvo vivamente interesada en adaptarla a la gran pantalla pero los avatares en la producción lo hicieron imposible. No obstante, la novela llegó a manos del realizador Daniel Monzón y rápidamente se comenzó a escribir el guión de lo que luego sería uno de los grandes éxitos del cine español de los últimos tiempos. No sabes lo que me alegro, querido lector, no solo por el excelente redactor, escritor y amigo que es Paco Pérez (como yo lo conozco…) sino por la imaginación, la calidad y lo que ha supuesto para el denostadísimo cine español, que no ofrece casi títulos de interés, ni siquiera de la mano de Fernando Trueba, ganador de un óscar de Hollywood. Todos hemos visto y leído historias de cárcel, desde los clásicos “El hombre de Alcatraz”, con un inolvidable Burt Lancaster hasta “Brubaker”, “Fuga de Alcatraz”, “La leyenda del Indomable”, “El Clan de los tramposos”… vaya, hasta el mismísimo Alejandro Dumas hizo una de las mejores novelas de todos los tiempos con “El Conde de Montecristo”, cuya buena parte de acción se desarrolla precisamente en una prisión. Por eso, era aún mucho más complicado acertar y ser medianamente original. Pero tanto el texto de Pérez Gandul, como el excelente guión de Guerricaechevarría (habitual de Alex de la Iglesia) lo han logrado, creando un microcosmos con unas particulares reglas, unos personajes llenos de aristas y matices, y un desarrollo excelente, que no deja ni un ápice al azar: Juan, acaba de ser destinado a una prisión como funcionario y mientras sus nuevos compañeros le explican la dinámica de la cárcel, estalla un motín dejándole encerrado dentro de la celda 211. Reaccionando rápida e inteligentemente, Juan se hace pasar por un recluso que acaba de llegar y traba amistad con Malamadre, el preso más peligroso de toda la institución y responsable de un motín que puede tener implicaciones políticas del más alto nivel para el estado, al tener los amotinados tres rehenes con los que negociar con el mismísimo Gobierno… Las situaciones y desarrollo de las mismas no solo son apasionantes, sino que además los personajes (empezando por Malamadre, espectacularmente interpretado por un Luis Tosar que da un verdadero recital de interpretación hasta Carlos Bardem “El Apache”, o un rescatado Vicente Romero “El Tachuela”, o Manuel Morón, como el negociador del Ministerio) tienen todos una fuerza casi hipnótica. Tengo que reconocer que para el protagonista, me esperaba un rostro más conocido que el de Alberto Ammann, aunque finalmente me ha encantado su interpretación, que va progresivamente ganando en peso específico a lo largo del desarrollo de la trama. En la interpretación, solamente veo un punto negativo que es un Antonio Resines demasiado en el límite y que casi roza el ridículo en alguna que otra escena. No obstante, solo es un pequeño punto negro para una película de género que podríamos calificar de modélica, ejemplar en su sólido desarrollo y que es uno de los mejores títulos del cine español de los últimos tiempos, demostrando que la calidad no depende de grandes producciones históricas y megalíticas, sino de buenos guiones, buena dirección y buenos actores. Monzón, un director que ha ido en ascenso tras su espectacular y fallido debut con “El Corazón del Guerrero”, para luego regalarnos dos excelentes títulos como “El robo más grande jamás contado” (una brillante y divertidísima comedia) y “La caja Kovak” (otra voluntariosa película de género que podía haber tenido un mejor resultado) hace en este su mejor film con diferencia, demostrando gran madurez detrás de la cámara. Así es como se salva al cine español del naufragio total, y ésta puede ser una de sus primeras tablas de salvación ¿por qué no aprenden de una vez todas esas vacas sagradas que intentan que nadie más que ellos haga cine, y se reinventan a sí mismos haciendo películas que interesen a alguien más que a ellos mismos? Porque no es tan difícil. Eso sí, tampoco es fácil, solo consiste en dejar de mirarse al ombligo y pensar un poco más allá. Que se fijen en este fantástico film. Así se hace el cine, señores.

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