> Canal de Cine Federico Casado Reina: ¿Para qué lo han despertado?

¿Para qué lo han despertado?

Pesadilla en Elm Street: el origen

Nunca terminaré de explicarme la intención de algunos productores (mejor dicho, economistas) de las Majors norteamericanas a la hora de hacer un “remake” de un clásico del cine. Sobre todo, cuando esos clásicos no tienen tiempo de caducidad, como por ejemplo “El Planeta de los Simios” o “Supermán”. Si encima, ese “remake” tiene la única intención de recaudar taquilla amparándose en la poca memoria/cultura cinematográfica que tienen los espectadores… resulta verdaderamente penoso, cuando además se intenta repetir la misma película, pero en cutre. Cuando a Wes Craven se le ocurrió crear el personaje de Freddy Krueger, seguramente no supo hasta décadas más tarde que iba a crear a uno de los monstruos cinematográficos más rentables, incluyendo a Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo y La Momia. Ninguno de ellos era tan contemporáneo… ni tan original, porque Freddy no existía en la realidad, pero era más poderoso que todos ellos juntos ya que manejaba a su antojo un universo paralelo: el de los sueños. Tan brillante idea fue explotada en una inacabable saga que fue paulatinamente degenerando hasta alcanzar cotas de verdadera ignominia –no sé cómo llamar entonces a aquel engendro de “Freddy contra Jason”…-. Pero al parecer, a las cabezas “pensantes” de Hollywood no les pareció que el pozo se hubiera secado definitivamente. En vez de eso, han querido hacer nuevamente la primera película de “Pesadilla en Elm Street”, replicando todos los momentos terroríficos ideados por Craven (la bañera, la conversación telefónica, la pared deformada por la cara de Freddy, las cuchillas echando chispas en la pared, etc., etc.) y aunque nos venden la moto de que es una precuela (o sea, a seguir la moda de explicar la vida anterior del personaje famoso antes que lo fuera, en este caso no son las víctimas protagonistas, sino el mismo asesino del jersey de gondolero, el gorro de espantapájaros y la manicura de cuchillos) es una mentira. Todo es prácticamente igual que en la primera de la saga, solo que con personajes más jóvenes, igual de ingenuos (aunque hay algún friki de internet y los móviles, creo que los adolescentes de los ochenta comparados con los del siglo XXI son verdaderas nenazas…) y con un poquito más de sangre, que el “gore” mola mucho. Eso sí, decir que el maquillaje de Freddy es mucho peor que el original, con mucha menos expresión y que resulta casi ridículo y es una pena, porque Jackie Earle Haley es bastante mejor actor que Robert Englund, y su registro está desaprovechadísimo cuando lleva la careta de látex esa, que no tiene ni forma, ni el relieve de las quemaduras, ni nada… En cuanto al argumento, poco, poquito hay que decir, porque ya está todo dicho: grupo de adolescentes que sueñan lo mismo (un tío con cuchillas en los dedos que les persigue y acaba matándolos en la pesadilla, que se convierte en realidad) porque son los hijos de los que se vengaron de un extraño empleado de mantenimiento de una guardería que al parecer maltrataba a los niños… Cuidado, que esto no es ningún spoiler (pista de la trama que destripa la película, para aquellos que no dominen el palabro que viene de los foros de internet, básicamente), ya que esto se sabe desde hace muchísimos años, a lo largo de toda la saga. Lo cierto es que estoy bastante decepcionado, tanto por la realización (que no añade prácticamente nada a lo ya visto, con excepción de algunos planos digitales muy vistosos… pero inútiles) como por el argumento, ya que echo en falta en auténtico motivo y modo en que Freddy vuelve de la tumba (porque a estas alturas, a ver cómo nos convencen de lo diabólico del personaje…). Lo dicho, que hubiera sido mucho mejor haber dejado dormido a este monstruo cinematográfico, porque a diferencia de lo que han “pensado” (así entrecomillado es como lo han “hecho”) los productores/economistas, la fuente ya se secó hace muchísimo tiempo. Si te llama la atención esta película y tienes ganas de verla, píllate la original de Wes Craven de 1984, que aunque no esté tan fashion, como película de terror le da veinte vueltas, no merece la pena. Sencilla y llanamente, porque Wes Craven fue el creador de la historia, siendo además un director con imaginación, que se ha arriesgado y que domina el género… y el pobre Samuel Bayer es un debutante que poco tiene que decir a los que seguramente le han dictado lo que tiene que hacer.

TRAILER

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues vaya decepción, yo soy seguidor de este personaje de toda la vida y estaba deseando verla.

ErShuna dijo...

Freddy forever, pringao

Anónimo dijo...

¿Pero todavía quieren seguir sacando pasta con Freddy Kruger? Vamos, esto es demasiao.