- DIRECTOR: Neil Marshall
- GUIÓN: Neil Marshall
- MÚSICA: Ilan Eshkeri
- FOTOGRAFÍA: Sam McCurdy
- REPARTO: Michael Fassbender, Dominic West, Olga Kurylenko, Noel Clarke, David Morrissey, JJ Feild, Axelle Carolyn, Riz Ahmed, Dave Legeno, Ulrich Thomsen, Imogen Poots, Dhaffer L'Abidine, James Currie, Hamish Moir, Christopher Hale, Eoin Macken, Robert Roman Ratajczak
Este film tenía todas la papeletas para que me encantara por dos razones: primera, soy un devoto admirador de la cultura Romana, de lo que supuso el Imperio Romano en la historia de la humanidad. Segundo, también soy un admirador de Michael Fassbender, que siempre me ha sorprendido con sus actuaciones, desde la serie televisiva “Hex” hasta el personaje del oficial inglés camuflado de alemán en “Malditos Bastardos”. Encima, y para remate de los tomates, soy de los que alucinó con “Gladiator”; vamos, que estaba claro que “Centurión” era una apuesta segura. Pero no lo ha sido. Seguramente por su cuestionable desarrollo argumental, quizás su presupuesto limitado –por cierto, también me acuerdo de la esplendorosa teleserie “Roma”, donde el rigor histórico del Imperio Romano llegaba hasta los detalles más peregrinos…- o por su fotografía, algo pretenciosa. El resultado final ha sido un “quiero y no puedo”, frustrado además por unos actores que a excepción del citado Fassbender, están francamente mal (incluso Olga Kurylenko, la última chica Bond del fracaso “Quantum of Solace”, que da vida a una peligrosa cazadora… ¡¡¡muda!!! Y aún así resulta ridícula): las tropas del Imperio Romano están apostadas en el norte de Inglaterra, en batalla constante con las hordas locales. Tras asaltar un puesto fronterizo, los bárbaros cogen de prisionero a un soldado romano, que finalmente consigue escapar y se une a un destacamento que va a atacar a las hordas insurrectas, pero otra vez, los romanos son derrotados (por cierto ¿Dónde está la estrategia romana en batalla, y la eficiencia de las legiones, ya que es la novena legión –una de las más insignes y famosas de todo el imperio romano, que luchó en Las Galias, derrotando a los ejércitos del mismísimo caudillo Vercingetorix- la protagonista del fracaso militar donde escapan un grupo de soldados que han de huir de los que les darán cacería… A partir de la primera mitad, el film se convierte en una baratucha película de persecuciones por el bosque, donde los malos, que son muy malvados, y tienen una pinta muy malvada, van persiguiendo a los buenos, que son muy buenos, muy listos y además tienen muchísima suerte… La evolución del guión da un interesante giro hasta el final, dotando al personaje protagonista de mayor dimensión emocional, pero no es suficiente para generar la suficiente empatía a la hora de traicionar lo que hasta ahora habían sido sus pilares culturales y sociales. Lástima que la interpretación de Fassbender quede empañada por la mediocridad general de este film de clara vocación televisiva, y mínima capacidad de recuerdo, ya que más allá del anecdótico marco de referencia (la conquista Romana de Britania), tenemos un producto pobretón, mediocre (insisto) y muy prescindible, vacuo y soso. Por eso me llevé un chasco todavía mayor que cualquier espectador. Más allá del rigor histórico de la obra, podríamos decir que este film habría estado igual de fallido si en vez de desarrollarse en la época romana, se hubiera desarrollado en la Primera Guerra Mundial, en la Segunda Guerra Mundial, en Vietnam, en Corea, en Bosnia, en Irak o en Afganistán. Está bien que Marshall, un especialista en serie B, que además se regodea en ello (me encantó “Doomsday: el día del juicio”, una marcianada muy bien realizada, cómplice con el espectador y heredera directa de Carpenter y toda la saga “Mad Max”) se adentre en otros géneros –a pesar del fallido experimento de “The Descent”, reconozco su valentía y sus hallazgos visuales, rompedores-, y también soy cómplice que todas sus películas se desarrollan en el norte de Inglaterra (Escocia, más exactamente) sea en el futuro, en el presente o en el Imperio Romano, pero parece que al subirle el presupuesto y verse capaz de afrontar una película con todas las de la ley, se empañe su talento y quede relegado a ser un realizador de lo más convencional y aburrido. Me quedo con su primera película “Dog Soldiers”, una de las más interesantes revisiones sobre la licantropía que se ha realizado en el cine contemporáneo y donde un grupo de soldados de élite del ejército inglés han de enfrentarse a un grupo de hombres lobo.
TRAILER
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