300, el origen de un imperio
Música: Junkie XLFotografía: Simon Duggan
Reparto: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O'Connell, Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin
Vale, admitimos que en el cine las formas son (casi) tan importantes como el contenido. Incluso que hay películas que no siendo ninguna maravilla (sin ir más lejos, la primera parte de esta película, que revolucionó el tratamiento visual de las películas de aventuras, o "Sin City", ambas dos creando una bizarra simbiosis entre cómic y cine) tenían un interés estético más allá de lo que en realidad nos ofrecían argumentalmente. Pero de eso, a intentar replicar la misma cantinela sencillamente para llevarse la pasta...como que no. Que no nos vendan la burra, porque más allá de los abdominales (que ahora no hay tantos, por cierto...) de la cámara lenta, de la imagen tratada por ordenador y demás filigranas visuales hay muy poquito que ofrecer en esta película. Ni siquiera aunque aparezca la preciosa Eva Green ni el musculoso Rodrigo Santoro interpretando al rey-dios Jerjes.
El guión del film es un poco un caos: después de la famosa batalla de las Termópilas en la que 300 espartanos pudieron repeler el ataque del poderosísimo ejército persa, ahora saltamos algo antes en la acción para situarnos en el primer ataque de la armada persa en la batalla de Maratón, donde el griego Temístocles también se enfrenta a Artemisia, la implacable almirante en jefe de la flota de Jerjes, preparándose para la mítica batalla de Salamina -que fue posterior a las Termópilas-. O sea, que más que una precuela es una especie de "spin-off" que se separa del argumento inicial de "300".
Producida por el propio Snyder, director de la primera parte, aunque tiene el lustre y empaque visual de la misma (incluso más, intentando apabullar con más medios... pero eso sí, con menos imaginación) le falta contenido, le falta profundidad. Y lo que es peor, le falta alma, emoción, grandiosidad: paradójicamente, las apabullantes e increíbles batallas navales -con cero patatero de rigor histórico, tanto en las embarcaciones como en las tácticas, etc.- quedan desvaídas porque no hay un camino, un fin, una dramaturgia que nos cuente una historia, sino que venga flechas, venga fuego, venga hundimientos, esclavos remando, y mucha acción espectacular. Vale ¿y la historia?
Y fíjate que lo tenían en bandeja: Temístocles y Artemisia quedan como dos pasmarotes, y Jerjes sigue siendo un ridículo travesti que aparece y desaparece sin orden ni concierto para decorar el asunto. Todo ello muy falso, tan ortopédico como pudiera pensarse. Es una segunda parte que cumple a rajatabla el tópico de la bajada en la calidad del producto. Punto por punto.
¿Que si es entretenida? Pues podría haber estado bastante mejor, si uno puede sobrevivir al empacho de sobredosis visual. Es como si al cómic le hubieran metido un buen chute de imágenes tipo Playstation -mucho menos refinadas que en la primera parte- y hala, a correr que seguro que les gusta a grandes y pequeños. ¿Tiene momentos dignos de recordar? Pues tampoco te creas, han escorado el producto final en una película palomitera sin más, y toda la épica de la primera parte queda en agua de borrajas, se pierde irremisiblemente.
Si la primera parte sorprendía por su impactante y original propuesta visual, aunque no fuera ninguna maravilla, en esta segunda parte se pierde el factor sorpresa y aún es más mediocre que la primera, con lo que realmente no merece la pena.
TRAILER
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