Déjame salir
Jordan Peele
Michael Abels
Toby Oliver
Cuando el río suena, agua lleva. Vale, no es la maravilla que tanto (y tan bien) nos han vendido desde Estados Unidos, pero no deja de ser una película bien hecha, que funciona y que conjuga géneros interesantes. Es cierto que el guión tiene un arranque magnífico, de esos que te dejan pegado al asiento; pero también es cierto que la historia paulatinamente se va deshinchando, tornándose en demasiado predecible, para llegar a un final algo rocambolesco, cuando no directamente incoherente.
No obstante, no sería justo reconocer que la primera película de Jordan Peele -conocidísimo actor televisivo que ahora se pone a dirigir- ha supuesto un revulsivo para la industria cinematográfica norteamericana (y por ende, mundial): de un coste de cinco millones de dólares, sólo en el territorio norteamericano ha recaudado doscientos. Ahí es nada. Y lo ha conseguido con esa bizarra mescolanza de géneros donde podemos encontrar terror, intriga, denuncia social y drama interracial. Además se ha organizado un considerable follón mediático donde gran parte del público y la profesión del audiovisual se ha implicado en diversas posiciones, empezando por el mismísimo Samuel L. Jackson, que aunque reconoció la valía (y necesidad) de la película, se lamentó que el protagonista no fuera norteamericano, sino inglés... (argumento un poco peregrino, sobre todo porque Daniel Kaluuya, al que ya vimos en la primera temporada de la mítica y excelente serie inglesa "Black Mirror" borda su personaje en la película).
Un detalle que me hizo ponerme en guardia cuando vi el tráiler y toda la publicidad de la película es el uso de la hipnosis, otra vez; una técnica psicológica que tiene su utilidad en la práctica clínica y que se la suele tomar como un sistema para controlar (y dominar) las voluntades de los pacientes cuando es algo completamente falso (y lo digo como profesional de la salud mental). Pero es curioso que, dentro del argumento y la historia, esa "revisión" o "reinterpretación" de la hipnosis encaja a la perfección, ya que estamos ante un film que establece muy bien las "reglas" para que la historia resulte creíble.
En una sociedad que ha sufrido tanto racismo como la norteamericana -especialmente con la raza negra- plantear una historia entre un afroamericano y una chica blanca de buena familia, por mucha era Obama que hayamos pasado, sigue siendo controvertido, y ese es precisamente el arranque de la cinta: una chica invita a su novio negro a pasar el fin de semana en el casoplón que tienen sus multimillonarios padres, ella renombradísima psiquiatra, él neurocirujano. Y todo va bien, hasta que el chico empieza a observar un comportamiento algo extraño en todas las personas negras que viven en la casa, es decir, una ama de llaves y un jardinero...
En cierto modo, el éxito de esta película puede compararse con el que en su día tuvo Michael Night Shyamalan, aunque con un guión mucho mejor articulado y una manera de dirigir estilísticamente mucho más superior. No obstante, Peele consigue hilvanar muy sólidamente la película, con recursos bien articulados y sin abusar de efectismos. Si como director a Peele le podemos poner un notable, como guionista tenemos que bajarle un poquito la nota: aunque el planteamiento es sugerente, el resultado final puede llegar a ser incluso infantil.
Toda la película entronca con una reflexión más profunda de lo que parece en un primer momento -y que, por no destripar la película, no voy a comentar-, además de llevar lecturas en varios planos paralelos que dinamitan el concepto no solo de sociedad, sino del mismo estado de bienestar de la sociedad norteamericana. Esa aparente "corrección social" llega a resquebrajarse en la evolución de la historia, inteligentemente urdida, aunque algo torpemente resuelta. Posiblemente los próximos guiones de Peele serán mucho más sólidos, aunque ahora mismo está considerado el nuevo "golden boy" de Hollywood, y ya ha dicho que va a seguir mezclando el thriller psicológico con la denuncia social, y que "Déjame salir" es sólo el primer título de una serie donde, con la óptica del terror y el suspense, se tocarán temas como la orientación sexual, los roles de los géneros, etc.
Es una interesante propuesta dentro de la denostadísima producción norteamericana comercial, que añade una luz de esperanza para que se renueve un género como el del terror, que aunque se intente recuperar con propuestas a mi juicio bastante mediocres (y por no hablar de las adaptaciones coreanas...) no suele tener ni una brizna de originalidad (ni de efectividad). Pero esta película si la tiene, a pesar de sus (risibles e infantiles) fallos de guión y su ingenuidad en la dirección. Sólo quedan por ver las siguientes propuestas de este director/guionista, y que si se sigue puliendo y no se malogra (como Shyamalan...) puede ser pronto uno de los pesos pesados de la industria audiovisual norteamericana.
TRAILER
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