Blade runner 2049
Hampton Fancher, Michael Green (Historia: Hampton Fancher. Personajes: Philip K. Dick)
Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Roger Deakins
Antes que nada, un concepto para tranquilizar al personal: Villeneuve no la ha cagado con la continuación del clásico de Ridley Scott. O no la ha cagado totalmente. Lo que está claro es que esta revisión al mundo de los replicantes, de la apocalipsis social y mundial, de los cazadores de seres humanos sintéticos -los Blade Runners- no es de ninguna manera esa pieza épica, mítica e insustituible de la ciencia ficción en la historia del cine. Es una buena película, con buenos momentos, otros aburridos... y pare vd. de contar. Eso sí, independientemente del lánguido (y neutro) cómputo general, lo que sí es impresionante es la factura, el diseño de producción y algunas imágenes que merecen figurar en una galería de lo más granado de la historia del cine. Lástima que esa grandiosidad visual no se corresponda luego con la calidad general de la película, que desde mi punto de vista, podría haber sido infinitamente mejor.
Pero ubiquémonos: ¿es una continuación? Si. ¿Es un "remake"? También. ¿Es una reinvención (y evolución) de toda la mitología Blade Runner? Pues también. Es todo ello, una bizarra mezcolanza, que a ratos funciona, a ratos aburre -sí, aburre-, a ratos sorprende y -mal que me pese decirlo- a ratos decepciona. Sobre todo por la arbitrariedad para encajar las historias previas que ya conocíamos en su predecesora -aunque haya contado con el mismo guionista de la original-. Desde luego, como pieza curiosa de cine, como (cuasi) digna continuación del clásico (al menos por empaque), merece la pena verse.
Han pasado 35 años después de que Deckard diera caza al equipo de replicantes y se fugara con Rachel, y el mundo se ha ido ya definitivamente al carajo. Hubo un enorme apagón digital que supuso el desmoronamiento práctiamente de todo -recuerdos incluidos, ya todos en formato digital-, la naturaleza ya no existe, y sólo se sobrevive a través de cosechas sintéticas creadas por un nuevo gurú, que también ha comprado la Tyrell y crea nuevas hornadas de seres genéticamente diseñados. Y también siguen los Blade Runners cazando a los sintéticos que se esconden para sobrevivir -y que ahora, ya no tienen fecha de caducidad-. Ahora es el agente "K" el que está llevando a cabo una nueva investigación que le lleva a descubrir antiguas alianzas, antiguos personajes, nuevos amigos... y nuevos (y peligrosos) enemigos.
Si en la película original se hacía una prospección de futuro acertada en algunas cosas -videollamadas, superpoblación, interfaces de interacción por voz...- en esta nueva película ubicada en 2049 también tenemos la oportunidad de asomarnos a nuevos adelantos técnicos que (muy) probablemente se implementen en la vida diaria en los próximos años -la inteligencia artificial, los hologramas con vida propia, escáneres de superficie, nuevos modos y formas de comida...- aunque no son tan originales ni rompedores como los de antaño (sin ir más lejos, una de las cosas más interesantes de la película, la relación del protagonista con su novia holográfica de inteligencia artificial se parece bastante a la que tenía Joaquin Phoenix en "Her", aunque en aquel caso se limitaba a ser un sistema operativo que controlaba un ordenador...).
Hay que reconocer que en muchos momentos nos encontramos con un magno espectáculo visual digno del mejor cine: grandioso y apabullante. Pero no es menos cierto que hay cosas, como la banda sonora literalmente plagiada a Vangelis a manos de Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch que resultan indignantes. ¿Por qué no han contratado directamente a Vangelis? Hay otro elemento de vocación teatral que me chirría, ya que en muchas secuencias no hay sensación de realidad que nos invite a meternos en la historia centrándonos en lo importante, sino que todo parece un escenario impostado donde los personajes (actores) entran y salen. Resulta demasiado artificial. Y artificioso.
Por una vez la contención en los gestos de Ryan Gosling (por no decir inexpresividad) tiene un sentido que encaja a la perfección con el personaje, y discrepando con todas las opiniones vertidas por la crítica en general, creo que su interpretación es de lo mejor de la película -incluyendo las secuencias con Harrison Ford, que creo que funcionan bien-. Igual sucede con grandes secundarios como Jared Leto, Dave Bautista o Robin Wright, que también aportan su granito de arena. Lo que me ha dejado ciertamente sorprendido es la participación de Ana de Armas, actriz cubana que ha desarrollado su principal trayectoria profesional en España en producciones mediocres y en las series "Hispania" y "El Internado"; y la sorpresa no viene por su buena interpretación, que llena de frescura cada secuencia en la que aparece, sino por lo bien que se ha ubicado en Hollywood, superando incluso la posición de Jared Leto (recordemos, ganador de un Oscar de la Academia de Hollywood, cantante de moda, en último "Joker" en "Escuadrón suicida" y personaje archiconocido...) en el poster original, junto a Ryan Gosling (recordemos que está en su momento más dulce tras el éxito de "La, la, Land") y el legendario Harrison Ford. Ahí es nada lo que ha conseguido esta voluntariosa chica...
Lo cierto es que más allá de las tres o cuatro cosas interesantes, la fotografía impresionante, los decorados y efectos especiales espectaculares... es una película que bien podría haberse evitado y que vuelve a poner de manifiesto la poca imaginación que ya se echa en Hollywood para crear un producto que tenga calidad y sobre todo, que sea taquillero, que a la postre es lo que se ha buscado. Una especie de vanagloria temática de algo que ya pertenece a la cultura del inconsciente colectivo. Es como ir a un parque temático de Blade Runner, donde vamos a encontrarnos todo lo que esperamos... pero tampoco nos van a sorprender con nada nuevo. El sueño de todo ejecutivo de Hollywood -a los que el cine en realidad, les importa tres pepinos-: vender lo que ya sabemos que se vende bien, una y otra vez, para así arriesgar lo mínimo en el envite.
TRAILER
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