> Canal de Cine Federico Casado Reina: Star Wars IX (El ascenso de Skywalker): De lo malo, lo mejor.

Star Wars IX (El ascenso de Skywalker): De lo malo, lo mejor.

Star Wars IX (El ascenso de Skywalker)

Dirección
Guion
J.J. Abrams, Chris Terrio (Personajes: George Lucas. Historia: Chris Terrio, J.J. Abrams, Colin Trevorrow, Derek Connolly)
Música
John Williams
Fotografía
Daniel Mindel
Reparto


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A la hora de ver la (supuesta) conclusión de una de las sagas más importantes de la historia del cine (que ya veremos...) hay dos noticias, una buena y otra mala; la mala es que sigue siendo una película facilona, aburrida la mayoría de las veces, tramposa jugando con la nostalgia de los seguidores de Star Wars y demasiado complaciente con las concesiones a esos mismos seguidores; la buena es que de todas las películas de la fase Disney/Lucasfilm es la mejor.

Abrams, que será lo que queramos que sea, pero que ha demostrado oficio y capacidad para hacer buen cine (sin ir más lejos, con la franquicia rival de Star Trek) consigue que en la primera hora de esta película nos quedemos hipnotizados, más que por un guión trabajado, por una narrativa brillante y llena de acción, aunque, reconozcámoslo, este comienzo está (demasiado) cargado de lo que todo el mundo espera, y llega a empachar, con lo que podríamos llegar a aburrirnos. Una vez dicho esto, no se puede negar que la película decae de ritmo considerablemente y llegamos a una segunda mitad y a un remate final demasiado previsible que intenta por todos los medios que todo el mundo salga contento, estirando artificialmente lo que podría haberse contado de una manera muchísimo más efectiva (y fácil).

La pugna del poder en la galaxia sigue adelante, con Kylo Ren convertido en líder supremo de la primera orden, y Rey, la nueva heredera de toda la tradición Jedi, intentando buscar su destino. Ambas fuerzas -nunca mejor dicho- terminarán enfrentándose en una gran batalla en la que se decide (otra vez) la libertad en la galaxia, mientras que los herederos del Imperio intentan volver a tomar el poder con las más oscuras artes de los Sith.

Uno de los (incuestionables) grandes errores de la saga comienza por la elección de actores y personajes: en un muy mal intento de replicar el carisma de Han Solo, Luke Skywalker o la Princesa Leia, se crearon los personajes de Poe Dameron (Oscar Isaac), Rey (Daisy Ridley) o Finn (John Boyega) pero sin llegarle a la suela de los zapatos. Pero como no tenían claro si iban o no a funcionar, pues volvieron a recuperar a los personajes originales (Solo, Skywalker, Leia -incluso resucitada digitalmente-, Chewbacca, los androides, y toda la pesca...) no vaya a ser que nos equivoquemos en algo. Abrams ha sido el encargado, junto al guionista ganador de un Oscar por "Argo", Chris Terrio, de recomponer este puzzle extraño cargado obligatoriamente de referencias y nostalgias, para que varias generaciones de seguidores de la saga, salgan satisfechos de esta conclusión (que insisto, no me creo nada y seguirán llegando películas de Star Wars, incluso con estos personajes....).

No oculto que uno de los (enormes) fallos de esta nueva trilogía es la elección de actores, que de mejor a peor, en el caso de los correctos Isaac y Driver, la mediocre Ridley y el merluzo Boyega, no consiguen en ningún momento que empaticemos con unos personajes pésimamente escritos y con los que no podemos conectar debido en gran parte por ser una especie de clones desdibujados de los referentes originales -antes mencionados-. El sentido del humor y los chistes que se han metido con calzador, sencillamente no funcionan, y la pretendida grandilocuencia y trascendencia, son de opereta barata. Realmente frustrante y carente de grandeza (por lo menos la que tenía la saga original).

Digamos que existe cierta mayor dignidad en esta tercera película de Disney/Lucasfilm que las dos anteriores, que resultaron tan estúpidas como insustanciales, intentando plagiar la primera trilogía y conseguir por las buenas o por las malas el mismo resultado comercial. Ahora por lo menos, se nos ofrece (cierto) ritmo al principio de la película (aunque llega a empachar, repito) y algo de más coherencia argumental. Da un poco de pena (y vergüenza) que el genial John Williams, que tan bien articuló el universo musical de Star Wars, ahora se vea reducido a un simple comparsa que utiliza todos los recursos que creó hace décadas, pero de una manera mucho más torticera, e incluso ridícula: los duelos y batallas, que antaño estaban subrayadas con una genialidad esplendorosa, ahora llegan a resultar tan infantiles en formato que parece que estemos viendo dibujos animados de Tom y Jerry, en la que los mamporros y explosiones se sincronizan con efectos de la banda sonora. Lamentable.

Los fanboys han dicho que por qué nos quejamos tanto si la trilogía original también estaba orientada a los niños... pues por una razón muy sencilla: porque cuando se hace una "película para niños" es cuando más seguro, coherente y bien articulado tiene que estar el guión. Las mejores "películas para niños" son aquellas que pueden ser entendidas tan perfectamente por los niños o los adultos. Y para muestra un botón, que además pertenece a la misma franquicia: la serie televisiva "The Mandalorian": aunque existen concesiones inequívocamente infantiles como el personaje del entrañable y divertido baby Yoda, toda la historia está ejemplarmente escrita, tiene atmósfera propia y reconocible, personajes magníficamente escritos (¡¡¡¡con un protagonista al que NO SE LE VE LA CARA!!!!) y una narrativa, formato y acción que te deja pegado al asiento desde que empiezas a ver cada capítulo hasta que termina.

Eso es respetar un legado, que las nuevas películas de Star Wars no han respetado. Si Jon Favreau, el creador de "The Mandalorian" hubiera sido el encargado de resucitar la saga cinematográfica de Skywalker, y hubiera tenido la libertad creativa suficiente, estoy convencido que ese legado no sólo no se habría resquebrajado, sino que habría aumentado y convertido en algo mucho mejor.

No obstante, aunque siga la tónica de ser un producto que no apueste ni arriesgue, que no intente ofrecer nada original ni que añada nada a la saga, tiene una primera hora que (por lo menos) no aburre tanto como las anteriores películas. Digamos que es de lo malo, lo mejorcito que se podría haber hecho, mucho mejor de lo que esperaba. 

Ojalá Disney algún día se de cuenta que los economistas y abogados no son los más indicados en tomar decisiones creativas, y dejen a los artistas en paz para que sigan creando. Porque en el arte, es imprescindible arriesgar. Se tendrían que acordar del propio Lucas, cuando se fue a Marruecos a rodar la primera Star Wars y al mostrar el material filmado a los ejecutivos de la Fox, a pesar de no haberles gustado nada, decidieron seguir apostando por aquel chaval barbudo, llegando a conseguir uno de los mayores éxitos en la historia del cine.

TRAILER


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