Tiempo: A vueltas de la genialidad y el ridículo
Tiempo
Porque aunque en España se haya titulado "Tiempo", en realidad, el título original es "Old", es decir "Viejo" en castellano. Y precisamente esa reflexión es la piedra de toque de esta película: un variopinto grupo de personas llega a un resort de lujo en una remota playa en la que todo parece ser una maravilla. De hecho, el director del centro los invita a un lugar privado muy especial, en la que podrán disfrutar de un auténtico paraíso… Claro que las cosas que se prometen de lo mejor, empiezan a torcerse cuando descubren que el tiempo no transcurre en ese lugar al mismo ritmo de lo normal, ya que lo que allí son minutos, se traducen en años, e incluso en décadas…
Basado en un famosísimo cómic de Pierre-Oscar Lévy y Frederick Peeters, este prometedor arranque, fascinante sin duda, empieza paulatinamente a desincharse: lo que en el cómic podría resultar interesante e incluso fascinante, en cine se traduce como absolutamente ridículo, entrando en una espiral de fallos garrafales que terminan por convertir lo interesante y fascinante en ridículo. No hay que olvidar que existe una máxima en el cine de género, ya que cuando pasamos una línea, ya lo terrorífico resulta gracioso, la comedia, ya no tiene gracia, y lo que argumentalmente funciona, deja de hacerlo.
Pero es que ya no solamente hablamos de un guión -escrito por el propio director- que paulatinamente se va deshinchando, sino que además la misma dirección -efectos especiales de envejecimiento incluidos- son de verbena, llegando a provocar sonoras carcajadas en el público -tuve la oportunidad de verla el día de su estreno con la sala bastante llena, y todo el mundo reaccionó unánimemente en los momentos de mayor tensión con risas y comentarios de todo tipo -absolutamente justificados, por otra parte-.
Lo que podría haber sido una reflexión no sólo ante el paso del tiempo, sino ante la gestión misma de nuestra vida en la actualidad, con la velocidad artificial que se impone a lo que vivimos, se convierte en un verdadero esperpento, sacándote de la historia y llegando al punto de no dejar de mirar el reloj para que termine esta mamarrachada que cada vez se pone peor, a cada plano.
Pero, por Dios bendito ¿Qué le ha pasado a este señor? ¿Cómo puede ser el mismo que dirigió "El Sexto sentido" o "El protegido"? No paro de preguntarme una y otra vez la degeneración que ha sufrido este hombre, al que yo consideraba un verdadero revolucionario en el panorama cinematográfico mundial, un verdadero revulsivo al género fantacientífico, con obras de lo más apreciable, reflexiones brillantes sobre los temas más clásicos de este tipo de películas, pero que ha caído en picado, llegando a cotas impensables.
Pero yo, ingenuo de mí, volví a confiar en que esta vez iba a ser mejor, pero no lo ha sido. Es como cuando intentamos algo con la certeza de que no va a salir bien, pero también albergamos la esperanza de que como nos salió bien alguna vez en el pasado, pues igual en esta ocasión también sucede… pero no pasa.
Volveré a abjurar no pisar una sala con una película de Shyamalan… pero me temo que volveré a hacerlo. ¿O acaso no queremos todos volver a experimentar el subidón de esa experiencia que una vez nos dejó fascinados?
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