> Canal de Cine Federico Casado Reina: Más imaginación y menos cuentas

Más imaginación y menos cuentas

Shrek 4, Felices para siempre
  • DIRECTOR: Mike Mitchell
  • GUIÓN: Josh Klausner, Darren Lemke, Ryan Harris (Libro: William Steig)
  • MÚSICA: Harry Gregson-Williams
  • REPARTO: (En las voces originales) Mike Myers (Shrek), Eddie Murphy (Burro), Cameron Diaz (Princesa Fiona), Antonio Banderas (El Gato con Botas), Julie Andrews (Reina), John Cleese (Rey Harold), Walt Dohrn (Rumpelstiltskin)

Todos quedamos absolutamente deslumbrados cuando Dreamworks se atrevió a plantarle cara a la todopoderosa Disney, creando una película de animación realizada por infografía 3d (ojo, no confundir con 3d de proyección tridimensional, que esta 4ª parte está hecha precisamente para verla así, con gafitas y todo…) que satirizaba con gran inteligencia toda la tradición de los cuentos infantiles, desde los ogros a los dragones e incluso las galletas de jengibre. Jeffrey Katzemberg –uno de los socios de Dreamworks junto a Steven Spielberg y David Geffen- se atrevió incluso a ponerle la cara de su archienemigo Michael Eisner a su ogro protagonista –aunque hay desmentidos de las productoras, para evitar problemas, pero el parecido de Shrek y Eisner es más que evidente, baste buscar en google…-. La saga no solo ofreció unos beneficios impresionantes para Dreamworks en producto y merchandising, sino que hizo “adultas” muchas concepciones del cine de animación que luego serían recogidas en mayor o menor medida por la propia Disney y, por supuesto, por Pixar. El problema es que Dreamworks ha crecido tanto, tanto… que casi se ha convertido en Disney. O por lo menos, cada vez se parecen más en cuanto a diseñar un productor, hacer las prospecciones para saber qué pasta le van a sacar, y articular una estrategia de marketing. Si en las primeras tres partes se ha ido paulatinamente perdiendo la frescura y la mala leche a la hora de reírse de todos (y de todo) con un film políticamente incorrecto, donde las princesas se convierten en ogras, y son felices siendo feas, tirándose pedos en la ciénaga y comiendo gusanos… en esta cuarta parte todo parece ideado y diseñado para llevárselo calentito, al modo de “toma el dinero y corre” (es decir, pegar el zambombazo el primer fin de semana, y si te he visto no me acuerdo, evitando el efecto “boca-oído” de los espectadores, que suele ser demoledor si la película no gusta). ¿Qué si tiene gracia la película? Pues sí, hay momentos muy divertidos… pero ¿es original como las tres anteriores? Pues mire vd. NO: ahora se han sentado varios expertos en marketing y economía que no tienen ni puta idea de cine –ni quieren tenerla, ojo- y se han dedicado a poner todos los ingredientes que supuestamente le gustan al espectador, para conseguir taquillazo a lo bestia, chapar la franquicia –que eso ya lo veremos de aquí a uno o dos años, dependiendo de la pasta que hayan conseguido sacar…- y dedicarse a pensar cómo seguir rentabilizando las ideas de otro. Es una lástima, de verdad, que el cine se haya prostituido tanto, tanto, que ya lo manejan los bancos y economistas. Es como una pesadilla, ya planteada hace años por muchos directores, que decían que el cine era el único proceso industrial que era controlado por los artistas, y no por los inversores. Bueno, pues eso parece que se ha acabado definitivamente. Ahora el cotarro lo manejan los bancos, inversores, economistas y asesores que creen saber dónde está el dinero y cómo cogerlo. Vamos a dejarnos de tonterías, y venga, a llevarnos la pasta lo antes posible. Esa es la vocación de este film, y se nota demasiado, la verdad. La historia importa realmente poco –Shrek firma un contrato para volver a ser “ogro” durante un tiempo con Rumpelstiltskin (un personaje famoso en el mundo anglosajón, pero que fuera de Inglaterra y USA lo conoce muy poca gente…) y éste lo tima, destruyendo su mundo y convirtiéndose en monarca absoluto del país de muy, muy lejano- lo que importa es que el burro haga tonterías, que Shrek luche por volver a conseguir a Fiona, y que los animalitos digan gracias y chistes simpáticos. Aunque uno se lo pase bien, a la postre –hay secuencias en 3d que son muy espectaculares, la verdad- no puede uno evitar mirar con nostalgia la pantalla y recordar cuando las películas se hacían con otra vocación menos mercantilista.

TRAILER

2 comentarios:

Vzqz dijo...

Ya la 3 era mala... Qué pena, joer

ikusidugu dijo...

Esta noche vamos a verla. Evidentemente en 3D (esperemos que no sea mercantilismo puro como eso que llamaron "Alicia en el País de las Maravillas"). La verdad, esperamos que, mejore la tercera, que era sencillamente, triste y previsible... a ver a ver