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Apasionante Crónica
- DIRECTOR; Roland Joffé
- GUIÓN: Roland Joffé
- MÚSICA: Stephen Warbeck
- FOTOGRAFÍA: Gabriel Beristain
- REPARTO: Charlie Cox, Wes Bentley, Dougray Scott, Unax Ugalde, Olga Kurylenko, Ana Torrent, Alfonso Bassave, Jordi Mollà, Rodrigo Santoro, Geraldine Chaplin, Derek Jacobi, Lito Cruz, Lily Cole
Resulta por menos que sorprendente que un realizador que se denomina a sí mismo como "agnóstico intermitente", esté tan preocupado con temas tan espirituales como los trazados en prácticamente toda su filmografía desde sus inicios, con botones de muestra como "Los Gritos del Silencio" -una ejemplar reflexión sobre la amistad-, "La Misión" -la fe y la redención entendida desde diferentes puntos de vista-, "La Letra Escarlata" -la intolerancia frente a la solidaridad-, o por supuesto "La Ciudad de la alegría" -la entrega incondicional hacia los que más lo necesitan-. Una vez trazado este camino artístico, no es de extrañar que acometa con la peliaguda misión de llevar a la pantalla la vida de Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Con un guión escrito por el propio Joffé, y una producción realmente espléndida, Joffé narra de manera apasionante no solo la vida del sacerdote, sino que realiza una ejemplar cronología de España desde principios del siglo XX hasta 1982, entrando de lleno en acontecimientos tan tocados en nuestra filmografía como el establecimiento de la Segunda República o la Guerra Civil Española. De la misma manera que los literatos británicos hispanistas Ian Gibson, Hugh Thomas o Paul Preston han sabido distanciarse los suficiente como para enfocar con certeza la realidad de la España a principios del siglo XX, Joffé también consigue huir de los clásicos arquetipos maniqueos; como en "La Misión", se utiliza a dos personajes para plantear los diferentes planteamientos frente a un mismo fenómeno, que en este caso es la fe: uno -el sacerdote- decide entregar su vida a hacer el bien, intentando ayudar a todo el que se cruza en su camino; el otro -el hijo de un rico empresario- opta por estar siempre del lado de los ganadores, y por eso se convierte en espía de los fascistas en 1936, entrando a formar parte un batallón de milicianos. Un punto algo negativo del film es la abrupta estructura del guión, que salta -a veces demasiado caprichosamente- entre varias líneas temporales, provocando unos cambios de ritmo que hacen bajar varios enteros al desarrollo de la historia. No obstante, estamos ante un film sólido, bien contado y de una gran fuerza visual. A pesar de todos los títulos nacionales -e internacionales- que se han realizado para la gran pantalla sobre la contienda bélica de España en 1936, es quizás esta película la que mejor -y más espectacularmente- haya contado en imágenes la evolución de esa guerra fratricida que asoló nuestro país de punta a cabo. Articulada como una apasionante película de aventuras, el film avanza con unas trepidantes secuencias de acción que subrayan la frenética actividad de los dos personajes, aunque añade algunas notas del justo lirismo y épica que ambos personajes necesitan -uno por su fe, el otro por la atormentada existencia que él mismo ha elegido para vivir...-. No hace falta hablar de la excelencia técnica del film, que resulta esplendorosa a cada plano, y que con una fotografía impresionante y una banda sonora de Stephen Warbeck, consigue conmover y turbar prácticamente en cada secuencia, logrando un nivel realmente magnífico. Especial atención merece la interpretación de Charlie Cox -"Stardust"- encarnando a Escrivá de Balaguer, con un registro soberbio, dándole una gran cantidad de matices que paradójicamente, su némesis en el film, Wes Bentley -"American Beauty"- no consigue alcanzar en ningún momento. El resto de secundarios está realmente bien encajado, con cameos tan interesantes como los de Geraldine Chaplin o un genial Derek Jacobi, que protagoniza dos de las secuencias más conmovedoras y emotivas de toda la película. Pero lo mejor de todo, lo que me resulta más inteligente, es que se ha huido de toda polémica o vinculación ideológica, contando una historia que "está inspirada en hechos reales", pero que ficcionada en buena parte, logra captar toda nuestra atención con los muchos matices que establece de principio a fin, con un dibujo de personajes muy preciso y bien trazado, así como un desarrollo argumental brillante.
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El cine que nos merecemos
- DIRECTOR: Santiago Segura
- GUIÓN: Santiago Segura
- MÚSICA: Roque Baños
- FOTOGRAFÍA: Teo Delgado
- REPARTO: Santiago Segura, Kiko Rivera, Tony Leblanc, Enrique Villén, Francisco, Yon González, Yolanda Ramos, Jimmy Roca, David Fernández, Xavier Deltell, Cañita Brava, Barragán, Javier Gutiérrez, Kiko Matamoros, J.M. Montilla "El Langui", David Muro, Belén Esteban, Carmen de Mairena, María Patiño, Carmen Martínez-Bordiú, María Lapiedra, David Bisbal, Kun Agüero, Risto Mejide, Ernesto Sevilla, Pablo Motos, Florentino Fernández, Andreu Buenafuente, Silvia Abril, Joselito, Emma Ozores, Juanito Navarro, Sergio Ramos, Cesc Fábregas, Álvaro Arbeloa, Gonzalo Higuaín, Mari Cielo Pajares, Octavio Acebes, David Castillo, Ana Obregón, El Dioni, John Cobra, Carlos Areces, José Mota, Fernando Esteso, David Summers, El Gran Wyoming
Intentar juzgar una nueva película de Torrente exclusivamente como cine, es un grave error. Santiago Segura se ha dado cuenta de cómo funciona este negocio en España (y en el mundo…) y ha convertido cada estreno en algo extra cinematográfico, en un fenómeno social de masas, casi en una tendencia de mercado. Por supuesto, lo ha conseguido con una recaudación de más de 8 millones de euros en el primer fin de semana, cosa que ninguna película española había logrado (incluyendo a Almodóvar, Amenábar y a todos los directores actuales o pasados en la historia de nuestro cine). La fórmula, no cabe duda que le ha funcionado, para qué nos vamos a engañar: tomando los personajes más famosos de la actualidad televisiva, los ha metido a todos en un film que no es otra cosa que una interminable sucesión de cameos, y que salteada de alguna secuencia de acción –eso sí, espectacularmente rodada, sin nada que envidiar a cualquier producción de Hollywood- utiliza el sentido del humor más zafio, escatológico y propio del asqueroso personaje protagonista, un policía que parece ser un retrato deformado de la España cañí más casposa. José Luis Torrente intenta sobrevivir en un mundo que evoluciona hacia algo que no le gusta nada, con bodas homosexuales y un negro de presidente de los Estados Unidos. Aceptando un peligroso encargo, se verá nada más y nada menos que en la cárcel, donde tendrá que sobrevivir como buenamente pueda, e intentará las huidas más rocambolescas jamás ideadas en la historia del cine. En fin, no hay nada que sorprenda, porque la cinta ya se encarga de dar justo lo que la gente quiere ver en la pantalla, al referirse a este personaje. ¿Podríamos decir que esta cuarta parte de la saga más famosa del cine español es buena? No podemos enjuiciarla como los mismos raseros de calidad de cualquier otra película nacional o internacional, porque ella misma no se toma en serio. Tendríamos que hablar de películas como “Austin Powers” o “Borat” para encajar esta forma de hacer cine. Pero lo que es innegable es que el producto cinematográfico está ejemplarmente realizado, con una lucidez extraordinaria a la hora de llevar a la pantalla aquello que se espera. Segura es honesto, y conoce a la perfección lo que la gente quiere ir a ver al cine: humor, escatología a mansalva (de la más extrema que uno pueda imaginarse, créeme…) y unas secuencias de acción impresionantes. Si encima recordamos que es la primera película española realizada en 3d en la avalancha que ahora viene de Estados Unidos, con la misma tecnología que ha utilizado James Cameron para “Avatar”, pues por mucho que no nos guste reconocerlo, estamos ante un producto aparentemente trivial, olvidable… pero muy dignamente diseñado para su propósito, esto es, tener mucha audiencia. Es como una versión perversa –o mejor aún, pervertida- de las películas de James Bond, con todo el regusto nacional. Y otra cosa que me ha dejado realmente sorprendido es la habilidad de Segura a la hora de promocionar la película, ya que ha tomado a dos de los personajes mediáticos más importantes en la actualidad de este país –Kiko Rivera y Belén Esteban- para cerciorarse que los programas de televisión del corazón con mayor audiencia –DEC en Antena 3, con María Patiño como uno de los primeros cameos de la cinta, y Sálvame, con la “princesa del pueblo”, como cameo estelar…- hablen de su película, amén de utilizar todo tipo de publicidad –desde internet, vallas, anuncios en prensa, radio y televisión, hasta camisetas regaladas en oferta cuando alguien hace un pedido de Pizzas…- para lograr el brutal impacto social que ha conseguido. Por eso, que nadie se asuste porque “Torrente 4” haya sido un gran éxito. Se lo ha currado a base de bien, y se lo merece. Y lo que es más, a pesar de todo, es lo que la gente quiere ver en pantalla. Ojalá muchos cineastas de este país que van de autosuficientes y sobrados “artísticamente” aprendieran de Santiago Segura a la hora de hacer industria del cine en España. Seguro que nos iría a todos muchísimo mejor.
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Especial Torrente
- 1998: 'Torrente: El brazo tonto de la ley' Con esta película Santiago Segura probaba por primera vez a ponerse detrás de la cámara, y acertó de pleno. Aunque no fue santo de la devoción de los críticos (¿a alguien le sorprende?), conquistó el corazón de los españoles. Superó la barrera de los 3 millones de espectadores e incluso James Cameron vio peligrar su hegemonía en las salas. Era el comienzo de algo tan grande como la calva de Torrente. El título de la película parodia a 'Cobra: El brazo fuerte de la ley', de Sylvester Stallone. Con ella pretendía quitarse la espinita de que su personaje fuera como él quisiera, no como le mandaran. En esta cinta podemos encontrar influencias de grandes como Berlanga o Buñuel. Javier Cámara vio en ella un trampolín para su carrera, así como el director se convirtió en un personaje fundamental en la fauna cinematográfica de nuestro país. El argumento mezcla elementos de nuestra sociedad tan característicos como un restaurante chino con "negocios paralelos". Torrente, ayudado por su compañero "el Rafi" (Javier Cámara), pescadero y fan del antihéroe, intentará tumbar una red de narcotráfico que un tal Mendoza (Espartaco Santoni) esconde en el establecimiento.Como se convirtió en tradición dentro de la saga, esta película ya contaba con algún que otro cameo de impresión. El Gran Wyoming, Cañita Brava e incluso Javier Bardem pasaron por el filtro cañí de Segura. Aunque parezca increíble, la cinta se llevó cinco premios (entre ellos dos Goya), destacando sobre todo las interpretaciones de Javier Cámara y Tony LeBlanc, haciendo de padre del protagonista. El éxito le llevó a que, estrenándose en marzo de 1998 con 130 cintas, en julio 76 de ellas siguieran en las salas. Es la tercera película más vista de la década, sólo superada por 'Abuelo made in Spain' y por 'Torrente 2'. Saltamos a 2001 al ritmo de "Apatrullando la ciudad".
- 2001: 'Torrente 2: Misión en Marbella' 'Los Otros' fue la única película que pudo quitarle el título de "película más taquillera de la historia del cine español". Pero sí fue la más taquillera del año con más de 22 millones de euros de recaudación. Estaba claro que el fenómeno Torrente había venido para quedarse. De momento es la más exitosa de la saga. Actores como Gabino Diego, Inés Sastre o José Luis Moreno no perdieron la oportunidad de participar en este fenómeno de masas, que vio el regreso de Tony LeBlanc, aunque no como el padre de Torrente sino como su tío Mauricio, regente de un burdel. Si ya el antihéroe nos recordaba bastante a Jesús Gil, ahora que se ha convertido en "autónomo" en la ciudad de Marbella, tras perder el dinero ganado por la captura de Mendoza, el parecido no podía ser más claro. Torrente cambia al Rafi por Cuco (Gabino Diego), un yonqui que ayudará al ahora detective privado a detener a Spinelli (José Luis Moreno), un terrorista que volará Marbella en mil pedazos si no le entregan 2.000 millones de pesetas. Con el exitazo de la primera parte, la lista de cameos ha ido "mejorando" por momentos, con nombres de la talla de Cristina Tárrega, Esther Cañadas o Yola Berrocal. Andreu Buenafuente también aprovechó para incluirse en la cinta.El regreso del humor patrio exagerado volvió a ser un fenómeno de masas, convirtiéndose en la película con mayor número de copias domésticas vendidas. La crítica volvió a darle la espalda a Segura, quien aprovechó para hacerles un maravilloso corte de mangas dedicándoles el libreto del DVD.
- 2005: 'Torrente 3: El protector' Santiago Segura intenta con esta tercera entrega parodiar el cine de género; concretamente se fija en 'El guardaespaldas'. También aprovecha para desmenuzar a la familia de Torrente al ritmo de una banda sonora encabezada por "Rosa de España", todo sigue igual. Nuestro país en estado puro. Nos trasladamos de la Costa del Sol a un paisaje mucho más cosmopolita y urbano: Madrid. Todo lo contrario que él, que sigue igual de burro y básico. Pero podremos comprobar cómo fue su infancia (escogió a Eduardo García, de 'Aquí no hay quién viva' para que le interpretara de niño) y conoceremos a su hijo, interpretado por Carlos Latre.Torrente se encarga de la protección de Gianinna Ricci, una eurodiputada que llega a la capital para denunciar a la multinacional Petronosa. La empresa soborna a la policía para que la política cuente con el peor guardaespaldas posible.De nuevo batacazo en críticas y reventón en taquillas, quedando la tercera película más taquillera del año, después de 'Star Wars III' y 'Harry Potter y el cáliz de fuego'. Alcanzó los 7,2 millones de euros y 1.380.000 espectadores sólo durante el primer fin de semana, batiendo el record (luego sería superada por 'El Código DaVinci').De todas maneras se empezaba a notar un cierto cansancio en el público, que no valoró tan bien la película como las anteriores. Igualmente no se puede hablar de fracaso. La peculiar forma de hacer publicidad del director caló en el público y el éxito se muestra en las cifras. El director quiso tirar la casa por la ventana con ésta última. Decidió rodarla en scope, llamó al conocido dibujante Drew Struzan para que dibujara el cartel, al estilo Indiana Jones, y grabó en Buenos Aires la que quería que fuera la mejor persecución de coches de la historia del cine español. José Mota, Buenafuente, Florentino Fernández, el señor Barragán, Fofito, Fernando Torres, Iker Casillas, Guti, Iván Helguera, Miriam Sánchez, el Risitas, Cañita Brava, Dani Martín... La lista de cameos es interminable, sólo superada por lo que veremos en la cuarta entrega. Incluso el Fary accedió a aparecer, para alegría del protagonista, para el que Segura tuvo que engordar 20 kilos para interpretarlo. El estreno tuvo su pizca de polémica. En una escena el antihéroe arrancaba y pisaba una cruz de Caravaca del cuello de su abuela. A los de la congregación no les sentó nada bien el gesto, y amenazaron con ir a los Tribunales. A pesar de ser la entrega más floja, el personaje ya estaba afianzado y hasta Oliver Stone se fijó en él. Quiso hacer una versión yanqui de Torrente, pero el contrato no convenció a Segura y desechó la idea.
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Voluntariosa, Brillante...pero mejorable
- DIRECTOR: Carlos Iglesias
- GUIÓN: Carlos Iglesias
- MÚSICA: Mario de Benito
- FOTOGRAFÍA: Tote Trenas
- REPARTO: Esther Regina, Carlos Iglesias, Isabelle Stoffel, Eloisa Vargas, Bruto Pomeroy, Isabel Blanco
Sobre el papel (literalmente, ya que estudié el guión para su viabilidad…) este film me echaba para atrás. Es más, tenía todos los ingredientes para que no me interesara lo más mínimo: Guerra Civil Española (¡Otra vez!), una doliente postura ideológica que reclamaba justicia (memoria histórica…) y una orientación ideológica (ya sea del signo que sea, estoy en contra de cualquier película que intente adoctrinar al espectador). Y tengo que confesar que el producto final me ha sorprendido, tanto por la producción –aprovechando ejemplarmente cada euro gastado en el film con un notable incremento del “valor de producción”, incluyendo infografía impecablemente realizada, etc.- como por el ritmo y la narrativa que el director ha utilizado para dinamizar el trascurso de la historia, que por momentos se torna en una gran epopeya de una mujer que lucha por su hijo no (auto) reconocido. La historia nace de la experiencia personal del propio director/guionista/productor/protagonista del film, Carlos Iglesias, que oía en la Academia de arte dramático donde estudió a uno de sus profesores, que fue uno de los niños enviados por la República a Rusia, cuando estalló la Guerra Civil. En ese marco de referencia, Iglesias ha construido una historia interesante, que se centra en una historia de amor imposible entre una chica de buena familia que entrega el hijo ilegítimo que ha tenido en adopción, y que va tras él cuando lo mandan al país de Stalin, y un comisario político español que también se ha marchado a Rusia. La evolución en su relación se traza borrosa, de la misma manera que las fronteras ideológicas se diluyen cuando prima el sentido común de los humanos más elemental. Si bien es cierto que Carlos Iglesias, archiconocido por sus papeles de Pepelu, el hijo de Pepe Navarro en el late-night “Esta noche cruzamos el Missisippi” y el chapuza de “Manos a la obra”, compone un personaje complejo, lleno de aristas y contradicciones, al igual que Esther Regina, una atormentada niña de buena familia, de derechas y avocada a volver a su mundo de lujo frente a su propio hijo. El problema es que el nivel de interpretación de Iglesias –notable en todo momento- no es en ningún momento alcanzado por el resto de actores del film, que parecen un grupo de aficionados de teatro, esforzados por resultar convincentes. Quizás sea ese el gran punto negro del film, que se habría mejorado mucho más si la dirección de actores estuviera al nivel del primer film de Carlos Iglesias, “Un franco, 14 pesetas”. No obstante, el gran escollo de este tipo de películas –esto es, que una historia nos interese dentro de otra historia, en este caso la Guerra Civil, como podría haber sido cualquier acontecimiento que conociéramos de sobra- ha sido resuelto con gran habilidad, haciendo gravitar la atención general más sobre la historia de amor de los protagonistas que sobre el trascurso de la historia. Es esta una esforzada apuesta tanto del director como de los productores, que se intentan acercar a una gran superproducción estilo Hollywood, con la modestia propia del que tiene la cuarta parte de medios que en Estados Unidos, pero resolviendo con dignidad e inteligencia el formato general de un film que tiene la capacidad de conmover en los momentos más críticos de la historia. Técnicamente, merece la pena señalar el excelente trabajo de Tote Trenas, alternando cálidas composiciones intimistas (casi pictóricas) con otros planos tan fríos como la estepa rusa donde se desarrolla buena parte de la historia (eso sí, Trenas se podía haber ahorrado el cameo que realiza…). La partitura de Mario de Benito también resulta muy emotiva, y subraya a la perfección (y sin llegar al tópico) las secuencias más relevantes de la cinta. En un cómputo general, podríamos decir que es un producto voluntarioso, interesante, brillante en la dirección y la narrativa, aunque mejorable en cuanto a la dirección de actores.
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Las que no están bien son ellas
- DIRECTOR: Lisa Cholodenko
- GUIÓN: Lisa Cholodenko, Stuart Blumberg
- MÚSICA: Nathan Larson, Craig Wedren
- FOTOGRAFÍA: Igor Jadue-Lillo
- REPARTO: Annette Bening, Julianne Moore, Mia Wasikowska, Mark Ruffalo, Josh Hutcherson, Yaya DaCosta, Rebecca Lawrence, Kunal Sharma, Amy Grabow, Eddie Hassell
Bueno, vamos a ver, puntualicemos: no me estoy refiriendo a las dos geniales intérpretes protagonistas, Benning y Moore. Me estoy refiriendo a los dos personajes, y a cómo están dibujados en el guión. Demasiado tópicas, demasiado previsibles, demasiado conservadoras… Me parece una auténtica paradoja: por un lado esta película se posiciona ideológicamente como una cinta “alternativa”, argumentalmente hablando, en la que se aboga por un nuevo concepto de unidad familiar formada por dos lesbianas que se han hecho inseminar por el mismo donante de esperma, y ambas han tenido hijos. Pero siendo así…¿cómo subrayan a cada plano el sentido más extremo de la burquesía norteamericana, y para más cachondeo, bucean en los tópicos más estúpidos de los roles sexuales (esto es, una de las dos lesbianas ejerce de “hombre” con todos los elementos típicos de un marido celoso que ve peligrar su unidad familiar, y la otra mujer tiene un estilo “marimacho” bastante ridículo, para los tiempos que corremos…). Siempre diré que los norteamericanos tienen miedo a enfrentarse directamente a situaciones embarazosas, y Lisa Cholodenko (una directora con solo tres largometrajes en su haber, pero con una sólida carrera en la televisión…) ha tratado la patata caliente de la sexualidad homosexual de una manera poco valiente, tornando lo que podía haber sido natural como algo artificioso. Dejando a un lado ese pequeño escollo argumental que me parece impropio de un film independiente de estas características –que tenía que haber sido más valiente, joder…- la película es bastante conmovedora. Pero la emoción nace de las brillantes interpretaciones no ya de los dos pesos pesados de la cinta, Anette Benning y Julianne Moore (ambas realmente impresionantes), sino de los jóvenes Mia Wasikowska y Josh Hutcherson, que interpretan a los dos hijos de las respectivas protagonistas. Ambos suponen un toque de aire fresco que le va al film como anillo al dedo, habida cuenta de lo que antes hemos mencionado –el tipismo a la hora de tratar no solo a la pareja de mujeres, sino también al padre biológico, muy guay, motero, alternativo, new age…-. La dirección es igualmente algo más timorata de lo que podría haber sido, echando en falta algo más de riesgo visual (colores algo más saturados, un montaje más alternativo -¿no es una película “indie?-, y una partitura más “cool”, aunque la música de Carter Burwell es preciosa…¿por qué no más canciones?). También me ha molestado mucho el desenlace, que tampoco arriesga demasiado a una situación actualmente cotidiana que no tiene por qué extrañar ni sorprender a nadie. Es una película quizás demasiado complaciente, y tendría que haber arriesgado un poquito más, mojándose y yendo más allá de las ideas preconcebidas que la sociedad más rancia tiene sobre los matrimonios homosexuales y las connotaciones que ello pudiera llevar.
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